Jesus Osorio Calderon

Hace poco, mi vida cambió en más de un sentido. A los 28 años, me convertí en padre primerizo y, al mismo tiempo, tuve la fortuna de adquirir un departamento, luego de un sinnúmero de evaluaciones financieras complejas por ser un freelance más en la ciudad de Lima. Con una familia de tres unida y la ilusión de la casa propia, jamás imaginaría que la salud pudiese llegar a ser una fuente de incertidumbre en este nuevo camino.

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