La alimentación debe estar acorde con la edad, sexo, actividad física y estado de salud de la persona.  (Foto: Shutterstock)
La alimentación debe estar acorde con la edad, sexo, actividad física y estado de salud de la persona. (Foto: Shutterstock)
Redacción EC

Durante los meses de confinamiento muchas personas han disminuido la ingesta de y están consumiendo aquellos que contienen un alto índice de calorías (grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas, como gaseosas, pizzas, postres, pasteles, etc.). Ello, sumado a la disminución de actividad física, ha traído como consecuencia , obesidad y diabetes, entre otras enfermedades.

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El retorno a la nueva normalidad coincide con la llegada del y, con ello, el deseo obsesivo de algunas personas de querer prescindir de los kilos ganados recurriendo a estrictas dietas o suplementos “milagrosos”.

Para Pedro Tirado Rau, nutricionista de Sisol Salud, de la Municipalidad de Lima, ciertas dietas y remedios adelgazantes pueden provocar serias complicaciones en el organismo. “Seguir una dieta estricta o recurrir a suplementos ‘milagrosos’ limita el consumo de ciertos alimentos y las cantidades que nuestro cuerpo necesita, pues se ingieren menos calorías pero también menos nutrientes, lo que puede originar carencia de minerales y vitaminas”, indicó.

El especialista aseguró que muchas dietas recomendadas son desequilibradas; algunas de estas se clasifican en hipocalóricas (aquellas con un bajo contenido de energía), disociativas (aseguran que la combinación de alimentos engorda), excluyentes (para eliminar algún nutriente) monodietas y dietas líquidas.

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“En casos extremos, los efectos secundarios de estas dietas pueden implicar trastornos metabólicos, neuropsíquicos, alteraciones gastrointestinales e incluso pueden llegar a provocar cetosis y problemas renales”, mencionó el nutricionista.

Una dieta saludable debe ser personalizada y estar bajo supervisión de un nutricionista profesional. Debe ser equilibrada y estar compuesta por proteínas (carnes, lácteos, huevos, menestras), carbohidratos (cereales integrales como quinua, kiwicha, avena, arroz integral; tubérculos (papa, yuca, camote, olluco), grasas (palta, aceituna, ajonjolí, chía, linaza, aceites de oliva, girasol, sacha inchi) y frutos secos, así como vitaminas, minerales, agua y oligoelementos (frutas y verduras en su gran variedad).

Finalmente, Tirado señaló que la alimentación debe estar acorde con la edad, sexo, actividad física y estado de salud de la persona. Además, recomendó llevar un estilo de vida saludable que incluye beber agua (dos litros al día), hacer ejercicio (por lo menos 30 minutos al día), dormir 7 a 8 horas y abstenerse de café, alcohol, cigarros, gaseosas y comida chatarra.

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