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auto eléctrico, bus eléctrico
Renato Girón

No cabe duda que la es una tendencia en mercados como el norteamericano o europeo. Lo vemos, principalmente, en autos urbanos y compactos, recorriendo las calles de las ciudades y abasteciéndose de carga en algunos de los puntos promovidos por los gobiernos de cada país.

Sin embargo, si queremos hablar del vehículo eléctrico más grande del mundo será necesario salir de las pistas, e incluso, de la zona urbana. Este título lo ha logrado alcanza el Elektro Dumper, o e-Dumper, un camión de transporte minero que opera en Biel, Suiza.

El e-Dumper es un gigante de 45 toneladas, 9.15 metros de largo, 4.26 metros de ancho y 4.26 metros de alto, creado en Suiza por Kuhn Schweitz para la empresa Ciments Vigier SA. El camión será capaz de transportar hasta 65 toneladas de material.

Este imponente vehículo está equipado con una batería de iones de litio de cinco toneladas, con una capacidad de 700 kWh. Esto significa que cuenta con la misma capacidad que siete ejemplares del Tesla Model S.

La tecnología eléctrica del gigante suizo permite, según la CNN, ahorrar hasta 83 mil litros de diésel al año. Si hacemos cálculos rápidos, esto representa un ahorro superior a los 180 mil euros de combustible en el continente europeo.

El e-Dumper utiliza un conocido sistema de recarga que se viene utilizando en varios híbridos y eléctricos del segmento automotriz urbano: el freno regenerativo. Cada vez que el conductor pisa el freno, el motor eléctrico se pone en reversa y genera cierta energía que es almacenada en las baterías del vehículo.

Mientras la cantidad de carga que traslade este vehículo sea mayor, más fuerte será el frenado. Por ende, la energía que se recupera durante dicha acción será mucho mayor. Un proceso efectivo que garantiza la carga de energía para el proceso de explotación.

Según un informe de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (Estados Unidos), un vehículo de estas características evita la emisión de 196 toneladas métricas de dióxido de carbono al medio ambiente.

REALIDAD PERUANA
La promoción de los vehículos eléctricos no es una tarea sencilla. De hecho, resulta una política nacional que requiere de mejoras en la infraestructura ciudadana. El más importante de ellos, sin duda, es la instalación de puntos de carga en distintos espacios de la ciudad.

Mientras que en el mundo el uso de autos ecoamigables se ha convertido en una tendencia que cada año gana mayor presencia, en el Perú aún se encuentra en una etapa inicial. Un ejemplo de esto es el último informe de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), donde se detalla que durante el 2018 la importación de vehículos eléctricos registró solo 10 unidades.

La situación es similar para los híbridos enchufables. En el 2015, la importación de los vehículos con esta tecnología registró 65 unidades. Tres años más tarde, la cifra aumentó a 165, cantidad ínfima si tenemos en cuenta que durante los doce meses del 2018 se inmatricularon un total de 148.410, según la AAP.

Precisamente, el primer gran paso para lograr renovar el parque automotor local llegó a manos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), mediante la resolución ministerial Nº 250-2019-MINEM/DM. El decreto supremo en cuestión plantea facilitar el desarrollo del mercado de vehículos eléctricos e híbridos, y su infraestructura de abastecimiento.

En líneas generales, este decreto dispone que las entidades o empresas públicas que busquen renovar su flota vehicular, apuesten por este tipo de tecnología que reduce considerablemente las emisiones. Lo mismo para los vehículos de transporte público.

Hoy resulta utópico imaginar que un vehículo con capacidad de carga de 65 toneladas y tecnología eléctrica pueda operar en el Perú. Sin embargo, las proyecciones de la AAP señalan que este panorama podría cambiar en unos años, ya que para el 2040 esta tecnología abarcará al 55% del total de vehículos vendidos en nuestro país.

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