Varios de los bloqueadores de celulares instalados en mayo del 2014 durante el anterior gobierno en el penal El Milagro, de Trujillo, no funcionan. Fuentes policiales y del centro penitenciario afirman que estos artefactos neutralizaban hasta en un 70% las extorsiones en el norte del pas. No obstante, desde hace un mes no bloquean adecuadamente la seal de telefona que sale o entra del reclusorio. La informacin fue confirmada a El Comercio por el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Julio Magn Zevallos quien present su renuncia en agosto pero permanece en el cargo hasta que el Gobierno designe a su reemplazo. Se han malogrado. Hay subidas y bajadas del fluido elctrico que han causado cortocircuitos y daado los equipos, explic. Posteriormente, Magn precis que de los diez bloqueadores instalados en El Milagro hoy solo operan seis. Dijo que estos se van a reparar, pero no precis cundo. En el frontis de la penitenciara, El Comercio corrobor la inoperancia de los bloqueadores y realiz llamadas desde un celular. Hace dos aos, este Diario comprob que no haba seal en ese lugar. El fiscal Rafael Gonzales Hurtado, de la Fiscala Especializada en Criminalidad Organizada de Trujillo, cont que, en una reciente requisa en El Milagro, l tambin pudo comunicarse por celular desde las celdas. Desde que se encontraron chips para celular a los internos quiere decir que s podan efectuar llamadas, aadi. No es la primera vez que los bloqueadores dejan de funcionar en la crcel trujillana. El 30 de mayo del 2014, el entonces congresista Jos Len (Per Posible) realiz varias llamadas desde la penitenciara. Al, ministro, los bloqueadores no funcionan, dijo el parlamentario al ministro del Interior, Walter Albn, y de Justicia, Daniel Figallo, quienes solo cuatro das atrs haban inaugurado el sistema de bloqueadores de celulares y comunicaciones inalmbricas. Ms all de las reparaciones, se sabe que en los prximos meses se deben instalar bloqueadores en 33 penales del pas incluido El Milagro debido a un contrato con la empresa Prisontec.
En emergencia Hace unas semanas, la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marisol Prez Tello, inform que se evala declarar en emergencia el sistema penitenciario del pas para priorizar acciones que solucionen el problema de la sobrepoblacin carcelaria. El penal El Milagro de Trujillo ha sido declarado en emergencia por el INPE desde mayo del 2012, tras la fuga de dos internos y el ingreso de celulares para ejecutar extorsiones. Pese a la actual vigencia de esta medida de excepcin que implica la reduccin en los das de visita de los internos, la situacin an no mejora. Segn cifras del INPE, la poblacin actual en El Milagro es de 4.660 internos y su capacidad es para 1.734; es decir, tiene una sobrepoblacin de 168%. El 38% de los reclusos no han sido sentenciados. El penal tampoco cuenta con pabellones para el rgimen cerrado especial para el internamiento de reos de alta peligrosidad. Los cabecillas de las bandas van al pabelln de mxima [seguridad], pero del rgimen cerrado ordinario, no especial, dijo una fuente del INPE. La misma fuente aadi que con los bloqueadores de celulares inoperativos, se estima que se ejecutan unas 50 extorsiones al da en el mismo reclusorio. Es muy peligroso para la sociedad que un penal como El Milagro no cuente con un sistema de bloqueadores, pues desde ah se desarrolla la mayora de extorsiones, dijo el fiscal Gonzales.
Cmo extorsionan? El penal El Milagro es considerado uno de los ms peligrosos del Per por su alta sobrepoblacin y las extorsiones que en sus celdas se planifican y ejecutan. Un agente del INPE explic a El Comercio que, para poder extorsionar, los cabecillas de las organizaciones criminales ingresan celulares y chips con la complicidad de sus familiares, amigos y agentes de la polica o el mismo instituto penitenciario. Luego, junto con delincuentes de menor rango, realizan las llamadas extorsivas desde el celular. No lo hacen desde los telfonos pblicos de los patios porque para hacer efectiva esta llamada debe ser pagada por quien la recibe. En la calle, miembros de la misma banda o familiares se encargan de cobrar los cupos y luego se distribuye el dinero. Una parte de este ingresa a la penitenciara.