CARLOS ZANABRIA Corresponsal

Solo nueve de las 2.868 hectáreas que abarca el distrito de Miraflores son áreas verdes. La jurisdicción es una de las más áridas de Arequipa.

Ante esto y mediante un sencillo plan de intervención municipal, este año se lograron plantar dos mil árboles en las bermas y sardineles de la parte baja de Miraflores. Los vecinos se comprometieron a recuperar pequeñas áreas verdes que hoy aportan oxígeno a un cada vez más tugurizado distrito.

A sus 86 años, Juana Guillén está orgullosa de los tres árboles que adornan su fachada y del nuevo arbolito que la municipalidad le encargó cuidar. “Estos arbolitos son como mis hijos, los riego cada domingo”, dice doña Juana. Dice que llama a un jardinero frecuentemente para que les dé forma. “Es mi aporte a la juventud”, asegura.

Como ella, los vecinos de las calles Jorge Chávez, José Gálvez, Paz Soldán, Miguel Grau y Bolognesi adoptaron un arbolito y se comprometieron a acompañar su crecimiento.

Patricia Bedoya, especialista en gestión ambiental de la Municipalidad de Miraflores, explica que los árboles son plantados y los vecinos reciben un certificado de adopción.

“Es un certificado simple pero que otorga pertenencia a los vecinos. Aprendimos que si el vecino siente que el árbol es suyo entonces lo cuida, lo defiende y garantiza que crezca”, sostiene Bedoya.

En lo que va del 2013 entregaron en adopción 2.000 arbolitos y la idea es llegar a 3.000 a fin de año. La especialista cree que superarán la meta largamente.

En las viviendas donde la municipalidad planta los árboles de la variedad mioporo, los vecinos siembran flores y pasto, mejorando con ello la imagen del distrito. El municipio se encarga de darles mantenimiento.

Los mioporos son producidos en los cuatro viveros de la municipalidad. “Por eso el costo del proyecto es mínimo”, refiere Patricia Bedoya.

La siguiente etapa del proyecto es la recuperación de áreas verdes en la zona periférica del distrito. Allí el plan es consolidar el suelo en las zonas cercanas a las torrenteras.

“Este proyecto nació por una experiencia personal, en casa teníamos un árbol que creció solo, nadie supo quién lo plantó. Con la adopción de los árboles conseguimos que el vecino sepa que ese arbolito que cuida diariamente tiene un fin, servirá para proporcionar oxígeno”, dice Bedoya. Cuenta que la labor es asumida principalmente por adultos mayores, quienes cuidan las plantas y las heredan no a sus hijos, sino a sus nietos.

MÁS DATOS RECICLAJE EN PROCESO En el mismo distrito, un grupo de mujeres, la municipalidad y 500 familias trabajan el programa de segregación de la basura. La comuna reparte bolsas de tela y los vecinos recolectan botellas, latas, papel, cartón y vidrios. Una vez a la semana se recogen las bolsas, se separa el material y luego se vende.