Al penal Ancón I fue trasladado esta tarde el catequista Alexi Pacasi Vargas para seguir en prisión el proceso por feminicidio que se abrió hoy en su contra por degollar a su ex enamorada de 17 años Karla Vanessa Zelada Suazo. El joven de 21 años yacía previamente en el Palacio de Justicia, en el centro de Lima.
Por el delito que se le imputa, Pacasi Vargas recibiría una pena de entre 25 y 35 años de prisión, explicó el abogado penalista Mario Amoretti. Justamente el Código Penal contempla como un agravante que la víctima sea menor de edad.
El letrado sostuvo además que el asesino confeso actuó con alevosía aprovechando la confianza que le tenía la menor. “Él ha ido preparado ya con esa cuchilla, es del centro de trabajo. Él la lleva en su poder ya con la intención de darle muerte”, comentó a elcomercio.pe.
“Me bloqueé, no sé qué pasó, luego la quise ayudar, pasó un testigo y me fui del lugar [] llegué a mi casa y me quise suicidar, pero no pude”, dijo el criminal durante su confesión ante la policía. Sin embargo, Amoretti aclaró que el sujeto sí actuó bajo plena conciencia y que el estado de obnubilación afecta antes, durante y después del hecho, lo que no ocurrió en este caso.
EL CAMPO DE LAS PASIONES Parte del perfil psicológico de Alexi da cuenta de que su ex enamorada le generaba sentimientos de amor y odio. Al respecto, el psicoanalista Leopoldo Caravedo refirió a elcomercio.pe que es normal que tal ambivalencia conviva en las personas, pero “si es que uno quiere muy intensamente a alguien se va a frustrar más fácil y el resentimiento y el rencor va a ser mucho mayor. Y si no hay control de impulsos, esto puede terminar violentamente”, como ocurrió.
Según precisó el especialista, situaciones así tienen que ver con el campo de las pasiones. “Y las pasiones pueden llevar a profundos e intensísimos sentimientos, a la descarga de la emoción a la acción física, producto de esa emoción intensa. Uno no ha perdido el contacto con la realidad, pero lo que pierde es el control de ese sentimiento pasional”, acotó.
Otra parte de la pericia psicológica indica que Alexi “acumula resentimiento y envidia por los logros de personas cercanas a él” y mantenía una baja autoestima. Para Caravedo, el joven no toleró que la menor lo haya rechazado –pese a que aparentemente él habría tenido dos relaciones paralelas- y tenga más reconocimientos que él.
Pacasi creció sin padres en un albergue y laboraba en una fábrica. Su víctima estudiaba en dos universidades, iba a ser una profesional.