JAIME QUISPE Colaborador
Unas 140 familias del anexo de Huancute, de San Francisco de Ravacayco, en la provincia de Parinacochas, Ayacucho, temen quedarse sin sus tierras, porque la minera Suyamarca les otorgó un plazo de tres meses para que puedan desalojar los terrenos donde habitan.
La empresa tiene previsto el inicio de los trabajos de explotación en el transcurso de este año en más de 8.800 hectáreas de extensión de territorio.
Según esta información, los comuneros habrían firmado un contrato en el cual ceden sus terrenos a favor de la minera Suyamarca en enero. Por este motivo es que el plazo el plazo de desalojo empezó a considerarse a partir de la primera semana de marzo.
FUE SIN NOTARIO Pero Cristina Cayo Pacheco, representante del anexo de Huancute, lo niega. Según ella, en los últimos tres meses la empresa minera habría celebrado irregularmente contratos de compraventa con 32 pobladores, a quienes la Municipalidad de San Francisco de Ravacayco reconoció como los únicos posesionarios de las miles de hectáreas, y dejó de lado al resto de los 108 pobladores, quienes en su mayoría desconocían este proceso de venta.
“Se supuso que el contrato que firmaron lo hicieron en una notaría de Coracora, pero no sucedió así porque el personal de la minera buscó a cada uno de los posesionarios para que firmaran. Asimismo, en el contrato se señala que el posesionario, tras vender la propiedad, se compromete a abandonarla en un plazo de tres meses”, asegura.
Al respecto, Rubén Pacheco, regidor de la Municipalidad de San Francisco de Rivacayco, aclaró que en la capital del distrito se está promoviendo una reunión con todos los representantes de sus anexos para mañana 24 de abril, en la que se abordará el tema de Huancute.
“Una parte de la comunidad había negociado sus terrenos con la minera”, dice la autoridad edilicia.
¿ABUSO O INGENUIDAD? Sobre este tema, el gobernador de la región Ayacucho, Wilmer Rivera, informó que intervendrán en este conflicto y que no permitirán cualquier tipo de abuso de parte de la minera o quizá la falsa ingenuidad por el lado de los comuneros de la zona.
Desde hace dos semanas, El Comercio intenta comunicarse con la central de Hochschild Mining, de la que forma parte la minera Suyamarca, pero hasta el momento la empresa no brinda su versión del conflicto con la comunidad.