NELLY LUNA AMANCIO

La mayoría de los gobiernos locales y regionales que reciben dinero del canon tiene problemas para ejecutar los proyectos de inversión destinados a satisfacer algunas de las principales demandas de la población.

En Cajamarca, por ejemplo, la población demanda una mejora en la gestión del agua y más apoyo a la agricultura, pero este año –según el Ministerio de Economía y Finanzas– la región solo ha ejecutado el 50% de lo destinado a la gestión sostenible de recursos naturales y diversidad biológica, y el 50% de lo que correspondía al aprovechamiento de recursos hídricos para uso agrario.

DEMANDAS INSATISFECHAS Echarate –la cuna del gas de Camisea y uno de los distritos declarados en emergencia en el Vraem– resume la paradoja del gasto nacional: tiene un presupuesto millonario para ejecutar proyectos de inversión, pero no ha logrado mejorar sus indicadores económicos. Los niveles de pobreza superan el 50% y su índice de inseguridad alimentaria es el triple respecto del promedio nacional.

La tasa de desnutrición crónica en este distrito cusqueño alcanza el 35% (el promedio nacional es 18%), pero en lo que va del año solo ha ejecutado el 27% de los S/.4’400.000 comprometidos para su programa articulado nutricional.

Algo similar ocurre con el Gobierno Regional del Cusco, que ha ejecutado hasta la fecha solo el 11% del presupuesto que dispone para su programa de saneamiento rural.

Tacna, que tiene 7 conflictos sociales, la mitad de ellos relacionados con la gestión del agua, este año tenía presupuestado invertir S/.27’ 291.000 en el aprovechamiento de recursos hídricos con fines agrarios, pero solo ha invertido la mitad. Lo mismo pasa con la gestión de recursos naturales: se proyectó invertir S/.1’965.000, pero se gastó el 24%.

El distrito de Torata, en la provincia moqueguana de Mariscal Nieto, donde se encuentra el yacimiento minero de Cuajone, ejecutó solo el 47 % de S/.1’646.000 destinados a la gestión sostenible de recursos naturales.

La poca ejecución del gasto alcanza a los distritos de la zona de emergencia del Vraem que reciben el canon gasífero. El concejo distrital de Quimbiri, en el corazón del Vraem, solo ha ejecutado S/.960 mil de los 2 millones comprometidos para el programa articulado nutricional. La Municipalidad de Vilcabamba ejecutó apenas el 37% de los S/.2’300.000 comprometidos para la construcción del sistema de irrigación Mapillo Alto, en una de las zonas más asediadas por los remanentes terroristas, como es Incahuasi.

La realidad en Pichari, la sede del comando Vraem, no es distinta: la municipalidad ejecutó solo el 37% del monto destinado al programa nacional de saneamiento urbano.