PIER BARAKAT CHÁVEZ Redacción Chiclayo
El juez Óscar Tenorio Torres, quien actualmente se encuentra suspendido, fue perseguido y atacado por sicarios cuando se movilizaba en su camioneta por calles de Chiclayo. Los delincuentes dispararon contra el vehículo y una bala impactó en la ventana posterior izquierda. Por fortuna, el magistrado resultó ileso.
Tenorio Torres, ex titular del Tercer Juzgado Civil de Chiclayo, narró que hoy a las 10:45 de la mañana conducía su camioneta de placa de rodaje C8W-098 por la avenida Libertad, cuando se percató de que dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta lineal lo venían siguiendo. Él había salido de su vivienda de la urbanización Santa Victoria y se dirigía hacia el centro de Chiclayo.
El juez pisó a fondo el acelerador y los criminales abrieron fuego. “Me di cuenta de que los delincuentes me estaban siguiendo y logré escapar, pero un balazo rompió la ventana posterior izquierda de mi camioneta”, narró Tenorio Torres minutos después del ataque, en el centro de Chiclayo, visiblemente asustado.
El magistrado suspendido, quien fue vinculado con la organización criminal La Gran Familia del Viejo Paco (delincuente que purga condena en el penal de Challapalca, Puno), era el responsable del Caso Pucalá. Por ello, él sospecha que los criminales hayan sido contratados por alguna de las partes interesesadas en la azucarera. “Presumo que esto tenga que ver con el Caso Pucalá”, comentó el magistrado.
Después del ataque, los delincuentes huyeron. El juez, cuando ya se sentía seguro, dio cuenta del hecho en la céntrica comisaría de César Llatas y en el Ministerio Público.
EN PELIGRO “Constantemente recibo amenazas de muerte”, dijo Tenorio Torres. Por ello, indicó que cuenta con seguridad privada.
En septiembre del año pasado, la secretaria del juzgado que despachaba Tenorio Torres, Doris Ruiz Salazar, fue asesinada en el barrio 9 Octubre de Chiclayo, cuando se dirigía en su automóvil hacia su centro de labores. Un delincuente bajó de una motocicleta y le disparó en el tórax, la cabeza y un brazo. Aunque su familia la llevó a una clínica cercana, la víctima murió desangrada.
La secretaria del juzgado contaba con seguridad policial, pero en el momento en que fue atacada no estaba con ella ningún agente.
En abril del 2012, el esposo de Ruiz Salazar, un próspero comerciante, y uno de sus primos también fueron asesinados.