El cardenal Juan Luis Cipriani se volvió a referir al caso del ex obispo auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda, investigado por la fiscalía por un presunto caso de pedofilia. Aunque resaltó que si existe un pecado grave este debe ser castigado, consideró que “no hay que destruir” a alguien cuando no tiene posibilidad de defensa.
Cipriani se refirió así a las críticas que él también recibió luego de que el pasado 21 de setiembre, desde Roma, pidiera no hacer “leña del árbol caído”.
“No ocultamos nada, pero tampoco me parece que es de gente honesta el destrozar a una persona que no ha tenido posibilidad de defensa y que, además, aprovechando mi viaje a Roma, me salpicaban por todas partes hechos que no tienen nada que ver conmigo”, refirió esta mañana durante su programa en RPP.
Aunque reiteró que habrá tolerancia cero y transparencia, dio a entender que el caso es parte de una “agenda bastante clara” en su contra. “Es muy claro que había una estrategia. Estoy absolutamente seguro”, comentó.
“Esto es un circo que está perfectamente organizado. ¿Quién empieza esto y desde dónde? Una columna de La República. ¿Quién lo sigue? Una entrevista en televisión. ¿Quiénes saltan? Inmediatamente las tribunas. ¿Y a quién apalean? A un señor que está en otro estadio fuera del Perú”, continuó el cardenal.
Miranda no se encuentra en Huamanga desde agosto. A fines de setiembre pasado, una fuente que no quiso ser identificada señaló a El Comercio que el religioso se encontraba en una localidad de la sierra de Piura y que alegaba su inocencia.
”LUCHA DE PODERES” Cipriani Thorne también comentó las recientes declaraciones del papa Francisco, quien criticó el gobierno de la Iglesia señalando que la Curia “es la lepra del papado”.
“Está hablando de que a veces en la Iglesia puede haber gente que busca ir subiendo. El que es párroco quiere una mejor parroquia, el que es obispo quiere cambiar y venir a Lima, el que está en Lima quiere ser cardenal, quiere ser Papa. Ese carrierismo (sic.), ese aspirar a querer ir subiendo es malo”, explicó el cardenal.
Agregó que esa “lucha de poderes” se da justamente en la reorganización del gobierno de la Iglesia. “Pero eso creo que no le interesa mucho a la gente de a pie”, sentenció finalmente.