LUIS GARCÍA BENDEZÚ

El aire que se respira hoy en la capital contiene casi cinco veces más dióxido de azufre ( SO2) que hace tres años. Este elemento contaminante, generado sobre todo por camiones y buses petroleros, supera en algunos sectores de la ciudad los límites sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En pocos años, el incremento en los niveles de azufre puede causar un grave problema en Lima, advierte José Silva, especialista en Calidad Ambiental del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi). Si en setiembre del 2010 se detectaron 3,7 microgramos de SO2 por m3 de aire, en noviembre de 2013 el índice se elevó a 21,2, un incremento de 472,97% en apenas tres años.

“El parque automotor sigue creciendo y envejeciendo, pero el petróleo que usamos es de pésima calidad. Este aumento sostenido desde el 2010 revela que las medidas para reducir el contenido de azufre en el diésel no funcionaron”, explica Silva.

Por la capital circulan casi un millón y medio de vehículos y la flota vehicular tiene en promedio 14 años de antigüedad.

Según un monitoreo realizado por el Senamhi en noviembre, los niveles de SO2, de dióxido de nitrógeno (NO2) y de ozono superficial (O3) están por debajo del estándar de calidad Ambiental (ECA), fijado por el Ministerio del Ambiente.

Sin embargo, la situación no es esperanzadora si se contrastan los resultados con lo recomendado por la OMS: 20 microgramos de azufre por metro cúbico de aire, en 24 horas.

SANTA ANITA Y ATE, LOS MÁS CONTAMINADOS Los distritos más contaminados con azufre en la ciudad son Santa Anita y Ate, donde el mes pasado se hallaron altas concentraciones de este elemento químico. En la estación ambiental de San Borja, que monitorea el aire de Surco, Miraflores y San Isidro, el nivel de azufre llegó a 18,4., cerca del límite.

Según el Senamhi, la contaminación es menor en los distritos más cercanos a la costa, pues tienen más áreas verdes, pistas y veredas. “Aunque circulan más vehículos, la vegetación ayuda a descontaminar”, dijo Silva.

Los niveles de NO2 y de O3 superficial, también producidos por el uso de hidrocarburos, no han variado en los últimos tres años. Las concentraciones más altas de estos elementos se registran en Ate, pero no son preocupantes, según Senamhi.

Los gases de azufre, nitrógeno y ozono no son los únicos responsables de la contaminación atmosférica en Lima. El material particulado (PM) que flota en el aire contiene amoníaco, sulfatos, carbón y polvo es el que más afecta a las personas. Estas partículas son producidas principalmente por la construcción y las actividades industriales.

Según la última evaluación de PM, en San Borja se registró una concentración máxima de 60,6 ug/m3. Es decir, por debajo del estándar nacional, pero superior a lo que pide la OMS.

En Villa María del Triunfo y Ate la situación es crítica. Ahí se midieron concentraciones por encima, incluso, de los estándares ambientales peruanos.

NORMA INCUMPLIDA Desde el 2010, en Lima está prohibida la venta de diésel si su contenido de azufre es superior a las 50 partes por millón. No obstante, algunos expertos consultados por El Comercio dicen que esta norma no se cumple.

“El combustible que produce el Perú en sus refinerías y el que se importa no cumplen la ley. El Estado debe fortalecer su capacidad de fiscalización”, señaló Gustavo Zambrano, experto en derecho ambiental de la PUCP.

El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería –que fiscaliza la venta el diésel de bajo azufre– no informó ayer si las distribuidoras de combustible cumplen la ley.