EL COMERCIO
Los 40 niños que viven en Bellavista, una pequeña comunidad ubicada en las riberas del río Puinahua en Requena (Loreto), iniciaron sus clases en la quincena de mayo. Dos meses antes, las lluvias inundaron su escuela y el único profesor del lugar había prometido regresar cuando el local fuera habitable.
El caso de Bellavista es solo un ejemplo de las duras condiciones en las que se desarrolla la educación en nuestro país. Durante este año, la Defensoría del Pueblo visitó más de 400 escuelas rurales y encontró serias barreras que impiden que todos los niños accedan a una educación de calidad.
“Muchas de las cosas que hallamos durante la supervisión pueden parecer obvias, como la falta de luz y agua, pero son temas que se deben tener en cuenta al planificar la política educativa”, señala Luisa Córdova, representante de la defensoría.
Actualmente, los profesores tienen que ingresar las notas, la asistencia y la matrícula en un sistema interconectado. Esto, en muchas de las escuelas, no es posible porque no cuentan con acceso a Internet.
El gerente de Educación de La Libertad, Willard Loyola, señaló que existen unas 4.000 instituciones educativas, de las cuales el 70% está en las zonas rurales. En estas últimas, las brechas más grandes son el déficit de docentes y la pésima infraestructura.
Sin embargo, Loyola indicó que esta situación mejoró, especialmente en la sierra, gracias a la inversión del Ministerio de Educación y de los municipios.
La lejanía de las escuelas no solo condiciona la llegada de los alumnos, sino también del material educativo que se reparte gratuitamente.
El ministerio lleva los materiales hasta la capital de cada región y ahí queda en manos de la Unidad Gestora de Educación Local (UGEL). En algunas escuelas los padres cubren el costo del traslado. En la mayoría, no.
Para evitar que se repita esta situación, la defensoría recomienda que la contraloría investigue si se le dio un uso adecuado a los recursos asignados a los gobiernos regionales para la distribución de textos escolares a través de las UGEL.
En Arequipa, el gerente de Educación, Marco Montañez, reconoce que las escuelas rurales estuvieron abandonadas por falta de presupuesto.
Para la defensoría, la solución no está en manos solo del Ministerio de Educación:https://elcomercio.pe/tag/933/ministerio-de-educacion. “Se requiere un trabajo de muchos sectores para que las cosas mejoren. Mejores caminos, niños mejor alimentados, servicios básicos. Todo se tiene que realizar con un trabajo coordinado”, sentencia Córdova.
PROPUESTA EN BICICLETA Este año, el Ministerio de Educación lanzó el programa Rutas Solidarias, iniciativa que entrega bicicletas a los escolares a partir del quinto de primaria y a todos los de secundaria. Esto, para reducir considerablemente el tiempo que les toma llegar a su colegio.
INFOGRAFÍA: La educación en cifras.