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En su pequeo despacho del Centro de Lima, un sinnmero de documentos apilados rodea a Lucio Sal y Rosas, fiscal provincial de la Cuarta Fiscala contra el Crimen Organizado. Varios de esos flderes tienen rtulos que dicen reservado y los nombres de Gerald Oropeza, Gerson Glvez y otros delincuentes procesados. Hace una semana, agentes de inteligencia de la PNP llegaron a su oficina para alertarlo sobre un posible ataque dirigido desde el penal del Callao (otrora Sarita Colonia) en contra de todos los que estuvieron detrs de la captura de Gerson Glvez Calle Caracol. El oficio que lleg a sus manos indicaba que los internos conocidos como Bicho y Caf estaran por atentar contra su integridad fsica, a fin de demostrar que Caracol sigue ejerciendo control en su organizacin. Sal y Rosas Guerrero, huaracino de 45 aos que lleg a la capital cuando tena 17, investiga los casos ms sonados y delicados de los ltimos tiempos, relacionados con narcotrfico, extorsin y delitos afines. Como fiscal, Sal y Rosas dice que sentir temor es normal, pero que eso no le impide continuar con su trabajo. El magistrado tiene una frase grabada en la mente que lo motiva a diario: Celeridad, caiga quien caiga. La repite desde que se la dijera el fiscal de la Nacin, Pablo Snchez, cuando le designaron el Caso Gerald Oropeza.
Caso emblemtico El 1 de abril del 2015, cuando la camioneta de Gerald Oropeza fue atacada con granadas en San Miguel, Sal y Rosas estaba en Paracas junto a su familia. Cuando nos designaron el caso, no cre que tuviera tremendo desenlace, recuerda el fiscal. En los das posteriores, entrevist a Patrick Zapata Coletti, amigo de Gerald Oropeza. Fue impactante para m enterarme de que Patrick fue asesinado. Ped seguridad, agrega. La Direccin Antidrogas (Dirandro) dispuso que dos de sus agentes lo cuidaran. El ministro del Interior, Jos Luis Prez Guadalupe, hizo lo propio y aprob que otros dos policas de Seguridad del Estado los acompaaran. Al equipo se le asign una camioneta para que los custodios pudieran desplazarse durante las diligencias. Me siento comprometido. Me dan todas las facilidades y no puedo hacer otra cosa que no sea encontrar la verdad, apunta Sal y Rosas. Caminar con cuatro personas que cuidan sus pasos las 24 horas ha cambiado la vida del fiscal, quien lleva un ao sin visitar el Callao. Hasta el momento, dicha omisin no ha entorpecido su trabajo, aunque s le ha ocasionado nostalgia por los cebiches que sola compartir con su familia en La Punta. Los seres queridos del fiscal tambin lo extraan. Sus tres hijas y su esposa le han pedido entre lgrimas que abandone su trabajo. No es para menos: las drogas y la rivalidad entre bandas criminales son mviles de asesinatos diarios. Los reportes de la polica fundamentan su preocupacin: Gerson Glvez Caracol, a quien Sal y Rosas investiga, es una de las personas ms sanguinarias del pas. El temor lo dejo en segundo plano, les replica el fiscal.
Mejor rer Que salga bonita [la nota], por si pasa algo que quede un buen recuerdo, bromea el magistrado. En el fondo, sabe que hay un toque de verdad en su comentario. Porque nadie sabe qu ocurrir en una hora, ms tarde o maana. De lo nico que est seguro dice es que Dios conoce su destino y final. Lucho, como lo llama su familia, posa tmidamente ante el lente del fotgrafo, se despide y se pierde entre la ruma de papeles de su diminuta oficina.
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