LUIS SILVA NOLE
Del 17 al 23 de este mes los 10 frailes que habitan en el convento de San Francisco, en el Cercado de Lima, entonaron en latín, en cada anochecer, las antífonas de la O, adoraciones del tiempo de Adviento que tienen varios siglos de antigüedad.
La Navidad es más que especial para esta orden, cuyo fundador, San Francisco de Asís, organizó el primer nacimiento con imágenes de la Virgen María, San José y el Niño Jesús, en el siglo XIII, en Greccio, Italia.
En el Perú, sus seguidores son fieles a su ejemplo de sencillez. El primero fue Fray Marcos de Niza, quien llegó con Francisco Pizarro en 1531 y se opuso al asesinato de Atahualpa.
“El papa Francisco [jesuita] lleva el nombre de nuestro fundador y nos enseña su gran humildad y amor al Evangelio y a la pobreza”, dice fray Anselmo Díaz, español de 81 años. “Este mes es de alegría plena”, agrega fray Abel Pacheco Sánchez, arequipeño de 82 años.
Ambos integran la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, cuya sede madre es el histórico convento ubicado entre los jirones Lampa y Áncash.
El historiador Juan Fonseca afirma que la relevancia de los franciscanos en nuestra historia está en el rol evangelizador y civilizador que cumplieron en sitios alejados como la selva.
“La orden tiene más de 800 años y los franciscanos somos 40 mil en el mundo, divididos en 115 provincias religiosas. En el Perú habemos 400. Los hermanos del convento de los Descalzos, en el Rímac, son de otra provincia. Tenemos 17 conventos en varias partes del país y en las misiones nos dedicamos a la pastoral de templos, educación en colegios y labores sociales”, acota fray Anselmo.