ÓSCAR CASTILLA C. (ocastilla@comercio.com.pe) Unidad de Investigación
Gregoria Casas, su esposo Cecilio Baca y sus hijos Yoni y Marco Baca, sindicados como presuntos operadores de la minería ilegal en Madre de Dios, dijeron a El Comercio que su producción de oro se elevó desde 1992 cuando llegaron a Huepetuhe los representantes de diferentes empresas de maquinaria pesada, entre ellas Volvo y Ferreyros.
“Los representantes de Volvo llegaban en avioneta hasta el aeropuerto de Huepetuhe o en sus camionetas desde el Cusco y se hospedaban en el hotel Victoria [ubicado en esta zona]. En esos años cada máquina costaba entre US$170 mil o US$180 mil. La inicial era de US$30 mil. Yo pagaba [esa parte] en efectivo”, dijo Casas en la entrevista.
Este Diario reveló el 2012 que ambas compañías tuvieron relaciones comerciales con la familia Baca Casas en diferentes etapas desde 1992 hasta que estas empresas dejaron Huepetuhe. Según Registros Públicos, las operaciones con Volvo llegaron a los US$2,5 millones de soles y con Ferreyros hasta US$185 mil (aunque Yoni Baca reveló montos mayores).
Gregoria Casas y su hijo Marco Baca dijeron que se vivía la fiebre de las máquinas. “Todos los mineros comenzaron a comprar. El personal de Volvo incluso nos llevó a celebrar al Cusco y nos invitó a la inauguración de la maquinaria en la puerta de su empresa [en Huepetuhe] para que otros mineros vieran y compraran”, afirmó Casas.
Ella dijo que esta empresa les ofrecía venderles maquinaria previa inicial y a cambio de ver sus concesiones y autorizaciones del Ministerio de Energía.
También reveló que en aquella época pagaban las letras que debían a Volvo a través de los vendedores mayoristas de oro. “Yo le entregaba a los comercializadores [algunos de los cuales son investigados por lavado de dinero] y ellos me daban la facilidad de depositar el dinero a esa empresa, luego me entregaban mi factura. Lo hacíamos así por seguridad. Además he sido buena cliente, todos me conocen. No he trabajado oscuro ni oculto”, señaló Casas.
La llamada Goya dijo que Volvo “me condonó una deuda de US$80 mil cuando incumplieron el pago de las letras. He tenido suerte porque el 2002 me dieron viajes a Brasil y Suecia”. Gregoria Casas, Cecilio Baca y sus hijos Marco y Yoni expresaron que la maquinaria cambió la geografía de Huepetuhe, su forma de extraer el oro y elevó su producción progresivamente. “La máquina avanza más que el hombre y, además, se paga con su propio trabajo”, indicó Cecilio Baca.
Según Yoni y Marco Baca, antes del ingreso de la maquinaria extraían 250 gramos de oro al mes. Luego, con el arribo de estas en los 90, se redujo el personal y llegaron a extraer hasta 800 gramos de oro mensuales. Es decir triplicaron su producción. Gregoria Casas contó que pagó tres máquinas de Volvo en 6 años y que produjo mucho más. Hoy ella extrae 80.000 gramos al mes (80 kilos).
Yoni Baca precisó que ella no compró a Volvo sino a Ferreyros. “Esta empresa –indicó– me hizo ofertas en 1995 o 1996 y me dejaron tres máquinas casi sin inicial porque tenía mi denuncio. Fueron tres cargadores frontales de US$140 mil cada uno [US$420 mil en total] y un volquete de US$85 mil”. Marco Baca recordó que pagó US$220 mil por una sola máquina de Volvo.
De otro lado, Gregoria Casas declaró que no trabajó con los Caterpillar de Ferreyros porque “tragan mucho combustible”, hasta 60 galones.