EL COMERCIO
Ayer en el diario oficial “El Peruano” se publicó el informe de la Defensoría del Pueblo titulado “Camino al Aseguramiento Universal en Salud. Resultados de la supervisión nacional a hospitales”. Este demuestra las pésimas condiciones en los servicios de atención, el insuficiente equipamiento en los servicios de emergencia, la ausencia de pediatras, ginecólogos y anestesiólogos en muchos hospitales y el deficiente acceso a medicamentos en las farmacias.
Hay situaciones graves como que el 23,7% de un total de 173 hospitales no cumpla con las medidas de prevención para el personal de salud frente a la tuberculosis y el 28,3% no haya implementado medidas frente a accidentes punzocortantes. El 20% carecía de equipos en áreas de hospitalización por cirugía. Además se falta al derecho de información: el 77% no ha implementado el uso del consentimiento informado para permitir la presencia de practicantes en cirugías. El 47,7% de los servicios de emergencia no contaba con médicos especialistas en medicina interna. Y unos 29 hospitales no tienen servicios de farmacia.
La defensoría recomienda, por esto, a la Comisión de Presupuesto y Cuenta General de la República y a la Comisión de Salud y Población, incrementar el presupuesto anual del sector Salud. A la Contraloría General de la República que supervise los establecimientos. Y a la Superintendencia Nacional de Aseguramiento Universal en Salud (Sunasa) que se garantice el acceso de toda persona a los servicios de salud.
SITUACIÓN CRÍTICA El Comercio constató que en los hospitales de provincia, como demuestra el informe, las condiciones son deplorables. Por ejemplo, en el hospital Agustín Arbulú Neyra de Lambayeque se atiende a 30 mil pacientes y el local no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad. Ubicado en Ferreñafe, se encuentra tugurizado, los ancianos tienen que utilizar estrechas escaleras y no hay señalización en caso de sismo.
En Arequipa, a pesar de estar delicados, los pacientes del Honorio Delgado son regresados a sus casas. Solo se realizan operaciones en dos de las trece salas del nosocomio. La sala de recuperación no funciona. En sus 52 años, no recibió un mantenimiento que garantice la óptima atención a los pacientes.
También el hospital Manuel Higa Arakaki de Satipo está completamente hacinado. El director de la Red de Salud de Satipo, Joel Candia, dijo: “No hay espacio para más camas y los servicios de maternidad, así como los de cirugía, con una capacidad de 40 camas, los dos juntos, permanecen llenos todo el tiempo”.
El diagnóstico realizado por la defensoría también alcanzó a los hospitales de Lima y el Callao. Uno de los principales problemas es la falta de personal especializado. En un recorrido por las instalaciones del hospital San José del Callao, El Comercio comprobó el mal estado de la antigua infraestructura y el colapso del área de emergencias.