LUIS SILVA NOLE

Aunque no aparecen a cada momento, los comerciales de televisión que promocionan productos para adultos mayores son cada vez más comunes en nuestro medio.

La oferta es variada. Desde el pegajoso anuncio de los descuentos de Mifarma, con el ya clásico “Ponte linda, bombón”, pasando por la sonriente publicidad de los fijadores para prótesis dentales de Corega, hasta los ágiles bailes con ropa interior especial o pañales de Plenitud.

Poco a poco los avisos del espectro televisivo, la publicidad estática de la ciudad y la de los medios impresos van poniendo el ojo en el segmento de tercera edad de la población peruana, el cual sigue la tendencia mundial de franco aumento.

Y en todos los casos, los mensajes son entusiastas y divorciados de todo halo que refleje un ocaso de la vida.

Para Alberto Haito Moarri, director de Arellano Marketing, cada vez hay más gente adulta mayor con mayor capacidad de gasto o, en último caso, con hijos que les pueden pagar cosas.

“El segmento poblacional de la tercera edad crece en número y en poder adquisitivo. Y seguirá creciendo, igual que la carga publicitaria que lo tiene como objetivo. Es un público proactivo y ya no deprimido o acurrucado en un lecho de achaques”, dice Haito.

A finales del mes pasado, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que en el Perú había 2’807.000 personas de 60 a más años, y que la esperanza de vida para el quinquenio 2010-2015, con relación al 2005-2010, había aumentado de 81 a 83 años para las damas y de 79 a 80 años para los varones.

“Poco a poco la oferta se sofisticará. Pasaremos de productos generales a productos específicos, como tipos de pañales, por ejemplo”, acota Haito.

Ricardo Cueva, director de Ipsos Marketing, sostiene que las industrias farmacéuticas y de ocio están tomando conciencia de ese nuevo consumidor adulto mayor, especialmente de las clases media alta y alta, que hoy tiene 60 años, que hace solo 20 era muy productivo, que supo ahorrar y que ya no tiene carga familiar. “Según nuestros estudios, es gente tecnologizada, que quiere disfrutar y que, en muchos casos, anhela un nuevo inicio empresarial”, refiere Cueva.

Advierte que en las clases populares el adulto mayor sigue trabajando de manera independiente, siempre para el día. “Es un consumidor más conservador, pero igual presente”, subraya.

El economista Jorge González Izquierdo explica que ya acabó el ‘baby boom’ que comenzó a finales de los años 60. “La población peruana ha empezado a envejecer, y es una población activa económicamente. Las industrias han comenzado a darse cuenta de ese nuevo mercado virgen y atractivo, y apuntan a él”, indica González Izquierdo.

Un representante de este segmento es el actor y corredor de seguros Gustavo Casalino. En el video que acompaña esta nota, mira la entrevista con el protagonista de un spot publicitario de una conocida cadena de farmacias.