RUDY JORDÁN ESPEJO @jordanrudy

Thiago (2), Luis Ángel (5) y Max (9) son niños que tienen severas limitaciones físicas, presuntamente adquiridas por deficiencias en las operaciones y tratamientos médicos que recibieron del hospital Hipólito Unanue de Tacna, en el Instituto Nacional de Salud del Niño y el Hospital Guillermo Almenara de Lima, respectivamente.

Según denunció el abogado Mario Ríos, presidente de la Asociación Civil Justicia en Salud –la misma que hace un tiempo reportó reacciones adversas en siete pequeños vacunados contra la polio- Luis Ángel y Max sufrieron muerte cerebral, mientras que Thiago perdió la vista debido a un desprendimiento paulatino de la retina producto de un virus que no habría sido diagnosticado a tiempo.

En cada caso se presume de mala práctica médica, pues según las historias clínicas, las fotografías de cómo entraron los menores y la versión de sus padres, la salud de ellos era estable antes de internarse en dichos hospitales.

Mirtha Ruiz, madre de Max, cuenta que su drama empezó en noviembre del 2012, cuando el niño dejó el segundo año de primaria en el colegio Fe y Alegría N° 59 (en Pachacútec, Ventanilla) para ser operado por insuficiencia respiratoria en el Hospital Guillermo Almenara, que pertenece a Essalud.

“Tras la operación, Max fue enviado al área de cirugía del tórax sin monitor ni máquina que registrara sus signos vitales. El tubo que le había puesto el médico se obstruyó con la sangre. Mi hijo hizo un paro respiratorio. Desde entonces no se mueve ni habla”, explica Mirtha.

Similar es el caso de Luis Ángel (5), quien cuando tenía dos años fue intervenido por una deficiencia cardíaca congénita en el Instituto Nacional de Salud del Niño, del Ministerio de Salud (Minsa). Su madre, Mariluz Orosco, dice que luego de la operación los médicos dejaron al niño de lado, por lo que no había nadie cuando sufrió el paro respiratorio.

La historia de Thiago no escapa de esta mala racha: poco después de nacer en Tacna, en septiembre del 2012, fue diagnosticado con un virus que le dañó las funciones cerebrales y le desprendió las retinas. Pese a saber el diagnóstico, trámites burocráticos al interior de Essalud atrasaron la operación del niño quien, finalmente, ha perdido totalmente la visión.

QUIEREN CONCILIAR Consultada sobre el caso de Max, adjudicado a su entidad, la presidente de Essalud Virginia Baffigo informó a El Comercio que asumirán los gastos de un tratamiento en el extranjero. “Se ha acordado con los padres consultar con especialistas en Cuba, México y Chile”, declaró.

La funcionaria agregó que si bien las investigaciones por negligencias aún no concluyen, Essalud se reunirá este miércoles con los denunciantes para negociar una eventual conciliación en beneficio de las dos partes.

La funcionaria agregó que si bien las investigaciones por negligencias aún no concluyen, Essalud se reunirá este miércoles con los denunciantes para negociar una eventual conciliación en beneficio de las dos partes.

Este miércoles, desde las 10 a.m., las madres de los afectados preparan un plantón para hacer valer los derechos de sus hijos.

ACTUALIZACIÓN: Fuentes del Ministerio de Salud aseguraron que investigarían el caso antes de tomar una decisión.