IVÁN ÁLVAREZ ARREDONDO

En el segundo día del festival gastronómico Mistura, centenares de personas tuvieron que esperar ayer más de 30 minutos para abordar los ómnibus alimentadores del Metropolitano que iban a la feria, ubicada en la Costa Verde de Magdalena. Las quejas y reclamos de los usuarios no se hicieron esperar.

Desde las 11 de la mañana, la masiva afluencia del público al paradero del Paseo de los Héroes Navales (Cercado de Lima), el punto inicial y final que habilitó Pro Transporte para brindar el servicio especial a Mistura, generó colas de más de 500 metros.

En ese paradero, las personas esperaron entre 30 y 40 minutos para subir a una de las 12 unidades alimentadoras habilitadas. “Dijeron que el servicio iba a ser rápido y cómodo, pero las colas son tan largas que ya da ganas de regresar a casa. Lo peor es que nadie controla”, dijo Luz Gálvez, vecina de San Juan de Lurigancho que buscaba ir a Mistura con su familia.

Según pudo comprobar El Comercio, los ómnibus salían al tope de su capacidad desde Héroes Navales. Debido a esto, muchas de las unidades no se detenían a recoger más personas en los seis paraderos habilitados a lo largo de la avenida Brasil. “Seis ómnibus se pasaron de largo. Ya estamos esperando más de 20 minutos”, refirió un pasajero que esperaba en el paradero de la avenida Bolívar.

Pro Transporte –entidad municipal encargada del Metropolitano–informó a El Comercio que hoy incrementará su flota a 24 ómnibus, para evitar las largas colas, y evaluará mantener esa cantidad en los días posteriores. También indicó que hoy habrá más orientadores en el paradero de Héroes Navales y que ubicará a un inspector de la Gerencia de Transporte Urbano de Lima en cada parada de la avenida Brasil, para que los ómnibus cumplan con recoger al público.

CERCA DE 40 MIL PERSONAS Según fuentes de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), cerca de 40 mil personas visitaron ayer Mistura para disfrutar de la amplia oferta culinaria de sus 140 puestos.

Desde el mediodía se observó que jóvenes, adultos y ancianos formaban largas colas para deleitar su paladar, especialmente en los módulos de brasas, cebiche, anticucho y sánguche. El chancho al palo, el arroz chaufa de pescado y el chancho asado en caja china fueron los platillos más demandados.

La fuerte presencia de policías de tránsito evitó congestiones a la salida de la feria. Un amplio despliegue de serenos garantizó la seguridad.