RUDY JORDÁN / ANTONIO ÁLVAREZ
Avanza el tiempo y el cuerpo de Julissa Tupiño (31) sigue desfigurándose. Las estrías han tomado por asalto su vientre hasta llegar al abdomen para dejar en el pasado todo rastro de piel lozana. No puede ni mirarse al espejo, se desconoce.
Tiene veinte kilos de agua dentro de su cuerpo por el mal que padece. En las madrugadas debe interrumpir su sueño para cambiar de posición unas 30 veces ya que de no hacerlo el líquido puede llegar hasta su espalda y penetrar a los pulmones, una idea que la aterra.
“Cuando me paro el líquido se me baja a las piernas y no me deja caminar, si me echo se sube al pulmón y no me deja respirar tranquilamente […] A veces cierro los ojos y pienso que no los voy a volver abrir nunca más”, confiesa Julissa.
Su pesadilla empezó en setiembre de 2012, con un cuadro continuo de fiebre alta, aparición de manchas rojas en el cuerpo e hinchazón desenfrenada de sus pies y piernas. Hace dos meses, luego de muchas idas y vueltas del hospital, recién se le diagnosticó que padecía de Lupus (significa lobo en latín. Aparentemente se denominad así al mal por la inflamación el rostro).
UNA EXTRAÑA ENFERMEDAD Lupus Eritematoso Sistémico, una extraña enfermedad que se encuentra entre 4 y 250 casos por cada 100.000 habitantes. Esta enfermedad ataca en su mayoría a mujeres y es más frecuente en países asiáticos y africanos, según refieren algunos estudios realizados en el mundo.
Señalan que esta enfermedad puede instalarse en cualquier órgano del cuerpo. Pero, ¿se conoce el origen de esta enfermedad? Le preguntamos a Boris Medina, presidente de la Sociedad Peruana de Nefrología.
“Podrían causarla factores genéticos, hereditarios, psicosociales, aunque no existe una procedencia determinada de su origen”, afirma el especialista.
En el caso de Julissa, el tipo de Lupus que padece afecta directamente su riñón, lo que no le permite eliminar los fluidos que ingresan a su cuerpo. Está totalmente prohibida de ingerir agua u otro tipo de líquidos, haciendo que su piel se reseque.
DÍAS DE VIACRUCIS Hace sesenta días que Julissa duerme en el mueble de su sala con medio rostro cubierto por una mascarilla para evitar contraer algún virus ambiental. Escucharla hablar estremece y parte el alma de sus familiares quienes viven con ella este viacrucis. En especial José Lizarme, su esposo.
Él la acompaña devotamente casi las 24 horas del día, atendiéndola, llevándola a sus citas. Esto le ha costado perder su empleo en una vidriería. Pero las horas pasan y el tratamiento debe continuar. Julissa consume cerca de 18 pastillas al día y la enfermedad no comprende de necesidades.
José busca cachuelos en horas de la madrugada, pero el dinero ya no le alcanza y eso lo atormenta. En tanto, la cara y los pies de su esposa continúan hinchándose y respirar se le hace difícil, una odisea. No la quiere volver a escuchar decir que se quiere morir, por eso pide ayuda.
“Dicen que el Lupus no tiene cura y que hay tratamientos de por vida, pero yo quiero hacer todo lo posible para tratar a mi esposa”, comenta nervioso. En tanto Julissa agrega: “Tengo que pagar para vivir”.
Quien desee apoyar a esta humilde familia puede abonar en la cuenta de ahorros en soles de Interbank 0943054062043, a nombre de José Luis Lizarme Mezares. También puede comunicarse con ellos al celular 975088684.