El Instituto Blacksmith difundió su ránking anual de las ciudades más contaminadas del mundo. Y al igual que en años anteriores, La Oroya ha sido catalogada como la quinta ciudad menos recomendable para vivir en el planeta. Este puesto lo ocupa desde el 2007, aunque su triste y máximo récord fue en el 2011, en que quedó segunda en el ránking de las que tienen el aire más tóxico en el orbe.
Los autores del informe de la prestigiosa ONG ambientalista neoyorquina se basaron en la estimación de la presencia de metales pesados, mercurio, arsénico, pesticidas y radionúclidos en el aire, el suelo y el agua. También se tomó en cuenta el número de personas expuestas a la atroz contaminación.
LOS PRIMEROS LUGARES Delante de La Oroya está, en primer lugar, la ciudad de Chernobyl, en Ucrania, que padeció la explosión de una planta nuclear en 1986; la misma que liberó una radiación virulenta 100 veces mayor a la sufrida en Hiroshima y Nagasaki juntas. También figura Dzerzhinsk, en Rusia, el basurero industrial de productos químicos más grande del mundo. Luego Bajos de Haina, en República Dominicana, un centro eléctrico que contamina el medio ambiente con toneladas de plomo, amonio y ácido sulfúrico. Y, después, Kabwe, en Zambia, que ahoga con zinc y plomo a 225 mil personas.
PLOMO CONTAMINANTE En mayo de este año, también la Federación Internacional de Derechos Humanos- presentó un informe que ratifica que La Oroya es una de las diez ciudades con mayor polución en el mundo. En esta ciudad peruana, situada a 3.750 m.s.n.m., viven 20 mil personas. Y según datos anteriores, su población vulnerable el 97% de menores de 6 meses a 6 años y el 98% de niños de 7 a 12 años muestran niveles altos de plomo en la sangre.
MÁS POLUCIÓN Por esto, La Oroya supera a Linfen, en China, que contamina con carbón a 3 millones de personas; a Mailuu-Suu, en Kirguistán, con sus minas de uranio; a Norilsk, en Rusia, con sus fatales fundiciones de metales; a Ranipet, en India, con sus desperdicios venenosos de cromo y a Sumgait, en Azerbaiyán, que emite 120.000 toneladas de mercurio a la atmósfera.