JORGE MALPARTIDA TABUCHI
John Polar Castro fue el pionero de la historieta en Arequipa. El 15 de febrero de 1957 sacó a la venta el primer número de la revista “Characato”, un proyecto editorial autogestionado e impulsado junto a sus amigos Luis Reynoso y Cayo Pinto. La publicación recopilaba por primera vez cómics, caricaturas e ilustraciones hechas por arequipeños. “Characato” solo tuvo tres números impresos, pero sirvió de inspiración para que los futuros cultores del séptimo arte desarrollen sus fanzines y publicaciones. Con el objetivo de reconocer su aporte al arte local, el lunes pasado se inauguró en la Casona Editora Perú (Consuelo 202) la muestra en homenaje a la vida y obra de John Polar Castro, organizada por Nagra Sociedad de la Historieta, Tawa Producciones y Torpes Monos Cómics. Estará abierta al público hasta el 15 de agosto.
— ¿Cómo nació su vocación por el dibujo y el humor gráfico? Desde niño tuve la inclinación por el arte, era algo innato en mí. Por ejemplo, cuando escribía, buscaba que mi caligrafía sea perfecta, bien dibujada. Hasta mis garabatos y palitos no tenían que salirse de los límites. También el que me haya criado en zonas rurales [en las pampas de La Joya] me contactó con la naturaleza y me impulsó a retratarla.
— Pero esta inclinación después se convirtió en un oficio. A los 16 años, por la necesidad de ver publicados mis dibujos y de paso ganar unas propinas, empecé a trabajar en el antiguo diario “Noticias”. Por esas épocas yo hacía caricaturas de los jugadores del club de fútbol Aurora, en donde jugaba de back central. A mis compañeros les encantaba lo que hacía, así que me dijeron que fuera al periódico. Ahí me dediqué a plasmar sobre el papel a los cracks del White Star, Piérola, Huracán y otros clubes de barrio.
— ¿Qué es lo que más recuerda de esos primeros años? En esas épocas sacar fotografías era muy trabajoso y caro, así que me mandaban junto con los reporteros a cubrir las noticias para ilustrar las notas. Me acuerdo de un accidente en donde un automóvil se metió dentro de la torrentera de San Lázaro y tuve que dibujar la secuencia del choque en historieta. Iba a las escenas de los crímenes y a donde se caían los aviones para hablar con los testigos y así armar la ilustración.
— ¿Cómo nació la idea de crear una revista solo de historietas?
Luego de hacer mis pinitos en Arequipa, decidí irme a Lima para aprender de los maestros. Ahí me puse en contacto con dibujantes como Carlos Roose Silva [Crose] y Julio Fairlie [el creador de Sampietri], quienes tenían mucha más experiencia y me impulsaron a dedicarme al humor gráfico y a la historieta social. Con esas ganas, años después retorné a Arequipa para editar “Characato”, primera revista con presencia de historietas en su interior. Lamentablemente, no pudimos continuar con el proyecto por falta de anunciantes.
— ¿Ese fracaso lo impulsó a dedicarse a la publicidad y al diseño? En 1965 me fui a estudiar Publicidad y Artes Gráficas a la Universidad de Nueva York. A mi retorno al país, me di cuenta de que no podría vivir de hacer historietas. Es así que empecé a trabajar en el diario “El Pueblo”. Diseñaba y dibujaba los anuncios publicitarios. Eso me dio de comer, pero igual seguía dibujando para los suplementos del periódico como algo extra, para no abandonar mi pasión. Hice caricaturas de políticos como Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis Bedoya y a los ‘rocotos con sotana’ de la Democracia Cristiana arequipeña: Mario Polar Ugarteche, Jaime Rey de Castro, etc.
— ¿Cuando se jubiló volvió a dedicarse a tiempo completo al dibujo? Luego de 30 años de trabajo, cuando me retiré del periódico, me preocupé por mantenerme ocupado y sentirme útil. Fue así que continué haciendo caricaturas e historietas y las fui guardando, hasta que un día decidí editar de nuevo mi revista de historietas. Quise hacerla en formato impreso, pero era muy costoso…
— Entonces, decidió incursionar en los medios digitales… Me puse a indagar en Internet para conocer las nuevas herramientas informáticas, hice una convocatoria a los jóvenes artistas y en abril del 2011 publicamos la primera edición de “Characato cómics”, una revista digital hecha de puras historietas. A inicios de julio de este año salió el número 17 de la revista y esperamos continuar por mucho tiempo más.
— ¿Fue complicado adaptarse a este nuevo formato? Al contrario, lo digital facilita mucho el trabajo. Con la computadora ganas tiempo y el artista puede dibujar más rápido y diagramar con mayor facilidad. Pero lo que no puede hacer la computadora es crear. Tendrá más memoria que nosotros, pero no tiene ingenio ni creatividad.
— ¿Fue complicado trabajar con jóvenes dibujantes? Para nada, porque me recuerdan a mí cuando intentaba sacar adelante una revista con mis amigos. Hay jóvenes que tienen talento, pero no se arriesgan a dibujar porque creen que es un pecado, que está mal dedicarse a esto o tienen miedo a recibir críticas. Yo pienso que el niño tiene que gatear para aprender a caminar. Cuando se cae es el momento en el que más queremos al pequeño.
AUTOFICHA: Nací en Mollendo el 15 de agosto de 1935, así que soy recontra arequipeño. Hice caricaturas y tiras cómicas en los diarios “Noticias”, “Correo” y “El Pueblo”. Soy el creador del marcianito Socodi, el primer personaje que salió en una valla publicitaria en la ciudad y de “Poncho andino”, una de las primeras historietas de aventuras de la región. Creo que las historietas deben rescatar las tradiciones y educar a la población sobre personajes como Mariano Melgar, Francisco Mostajo y Pedro Paulet. Mi obra está disponible en characato-comics.blogspot.com.