María José Correa Redacción Piura

Un movimiento telúrico de 8 grados en la escala de Richter habría dejado en Piura 16.186 muertos y 4.916 heridos, según el reporte de Defensa Civil en el último simulacro.

Si Piura temblara a esa intensidad, se ocuparían los tres hospitales públicos que hay en la ciudad. Sin embargo, no todos estos edificios están preparados para acoger pacientes en casos de urgencia. Es el caso del hospital José Cayetano Heredia.

Una investigación de los ingenieros civiles Jorge Reyes, Arturo Martínez y Juan Carlos Atoche concluye que, de producirse un sismo de tal alcance, este hospital quedaría fuera de servicio por la destrucción de su equipamiento.

El problema radica en las paredes del Cayetano Heredia. Según los académicos, son muy flexibles, aunque en un inicio se creyó que esta condición ayudaría a evitar derrumbes. Sin embargo, la flexibilidad dañaría los equipos y todo material frágil (de vidrio) se dañaría en cuestión de segundos.

“En esa estructura hay un fuerte riesgo. Casi todos los pasillos de evacuación están a lado de ventanas que podrían romperse y herir a la gente, y la salas de emergencias, de operaciones y los cuartos perderían el mobiliario médico que se necesita para atender a los pacientes”, sostiene Jorge Reyes.

El impacto en la salud de los pacientes sería evidente, pues el nosocomio tiene capacidad de 257 camas y atiende 1.500 consultas externas y 200 por emergencia al día. Un gran número de pacientes quedarían a la deriva, según el estudio de los especialistas.

Aquí se realizan al menos 15 operaciones diarias en especialidades de traumatología, urología, oncología y ginecología, cuyo mobiliario está integrado por equipos y herramientas frágiles.

CASO OMISO En 1997 se realizó un estudio de vulnerabilidad sísmica del Hospital Cayetano Heredia, patrocinado por el Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El estudio concluyó que el hospital debía adecuarse al Reglamento Nacional de Construcciones de la época (entonces regía el de 1977) y que su probabilidad de falla ante un sismo era muy alta. Asimismo, exigía darles mayor rigidez a las bases y columnas. Sin embargo, hasta la fecha no se ha hecho ninguna modificación.

Es más, en la actualidad rige el reglamento del 2003 que, según explica Reyes, es aun más riguroso y exige que las estructuras sean más rígidas. Según la jefatura de Imagen Institucional de este centro de salud, las estructuras no se han reforzado porque Defensa Civil no lo considera necesario. Sin embargo, los expertos recomiendan construir muros, vigas y columnas nuevas, o emplear cintas para reforzar las paredes y contrarrestar su flexibilidad.

Eduardo Arbulú, subgerente regional de Defensa Civil, informó que hace medio año se realizó una inspección en el hospital y se encontró que el edificio solo tenía un riesgo moderado, pues no había señalización y los extintores estaban descargados.

“El problema no es que sea un edificio antiguo, ya que, por ejemplo, el Palacio de Gobierno es de otra época y todavía está en pie y en buenas condiciones”, dijo el funcionario.