La Policía confirmó esta tarde que el cuerpo hallado sin vida en Cusco pertenece al buscado líder de una secta chilena, Ramón Castillo Gaete, quien mató a un bebe en un rito y luego huyó a nuestro país.
Castillo Gaete había cambiado en los últimos días su apariencia para pasar desapercibido. En Chile, tres integrantes de la secta se entregaron el sábado a la policía chilena.
El ritual ocurrió el 23 de noviembre del año pasado en un fundo agrícola en la localidad de Quillaguay, a unos 110 km al oeste de Santiago. Los presentes estaban bajo influencia del alucinógeno ayahuasca.
El bebe, nacido dos días antes, fue quemado vivo supuestamente para salvar el mundo de la profecía maya. El menor era hijo de una de las cinco mujeres del grupo, quien fue encerrada durante toda la gestación, según informó la policía chilena.
La secta estaba compuesta por profesionales entre los que había veterinarios, azafatas y otras personas con poder económico que entregaba ofrendas al líder.