En la etapa posrevocación, la presencia de los regidores para fiscalizar la gestión de Villarán ha sido clave. Solo entre mayo y julio –el último trimestre de asistencias registrado y actualizado por el municipio– ningún regidor oficialista faltó a alguna de las trece sesiones que se realizaron. La mayoría de ausencias ocurrió en las bancadas de oposición.
Además de aparecer en las sesiones públicas, los regidores también están obligados a integrar y asistir a por lo menos una de las diez comisiones metropolitanas que existen.
Una de las comisiones de peso es la de Asuntos Económicos y Organización. Este grupo es una de las columnas vertebrales del concejo, ya que es el filtro por el que pasan la mayoría de proyectos. “Nosotros evaluamos la aprobación y las modificaciones o ampliaciones de los presupuestos en los proyectos de inversión con código SNIP”, explica el regidor accesitario de Fuerza Social José Antonio Moreno, quien preside este grupo.
Otra de las comisiones claves es la de Desarrollo Urbano, Vivienda y Nomenclatura. El regidor pepecista Walter Guillén dice que este grupo ha trabajado políticas públicas urbanas. “Hemos sido los impulsores del Plan Urbano Metropolitano de Lima que hoy está desactualizado. Este plan regulará el ordenamiento urbano de toda la ciudad”, concluye Guillén.
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