Cuando una figura tan influyente como el chef Gastn Acurio es vctima de un asalto en la va pblica y a plena luz del da, y decide no hacer la denuncia ante la polica, algo no camina bien.
Y no me refiero solo al mal sabor propio de la vejacin sufrida, sino a algo ms grande, que comparte con todos los limeos que tampoco sentamos denuncia ante situaciones similares.
El viernes pasado, en Lince, mientras Acurio y su equipo premiaban con un brioso carrito cebichero a Julio Csar Tvara, el Ninja de los Limones, una cuadrilla de delincuentes intervino su camioneta para llevarse todo lo que ah encontr. Documentos y telfonos celulares incluidos.
Consultado por este columnista, Gastn revel que no dej parte en la polica porque, dada su condicin meditica, seguramente la polica desplegara esfuerzos especiales por l y descuidara as a otros cientos de casos de gente indefensa que se quedara sin ser atendida.
Decidi entonces concentrarse en proteger la privacidad de sus cuentas de telfono y de redes sociales, y esperar un tiempo a que regresara la calma para hacer su declaracin. Toda vez que lo importante era destacar los logros del joven emprendedor, sostuvo.
Aunque, por otros motivos, muchos preferimos no acudir a las instituciones oficiales frente a desagradables situaciones como la vivida por el chef. El Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), en su ltimo reporte del 2014, seala que apenas 13 de cada 100 peruanos vctimas de un robo han puesto denuncia por ello en una comisara. Esta es una de las tasas ms bajas de Latinoamrica si apreciamos que en pases como Brasil el porcentaje de denuncias de vctimas de robo es de 33%, en Chile es de 35,7% y aun en Mxico es del 22%, segn el informe del PNUD.
Entonces, por qu tan poca gente en nuestro medio se anima a ir a las autoridades y dejar parte de lo sufrido?
En el 2013, el analista poltico Carlos Melndez afirm, tras sufrir un peligroso robo con pualada en el hombro que el protocolo de recepcin de denuncias est diseado con tantos obstculos burocrticos que lo que logra es finalmente disuadir a los ciudadanos de acudir a las comisaras. Todo el sistema es perverso, afirm.
Pero los encuestados por el INEI son an ms enfticos: su informe de seguridad ciudadana seal que las tres principales razones por las cuales los ciudadanos no denuncian los delitos en el Per son porque consideran que es una prdida de tiempo, desconocen al delincuente y no confan en la polica.
Es tiempo pues de afrontar esta crtica realidad y trabajar en una reorganizacin integral de las comisaras para revertirla. Desde ya es posible proponer algo nuevo: establecer la presencia de representantes de organizaciones vecinales en ellas para reducir el margen de corrupcin y garantizar el debido proceso. Ello, mientras llegan profesionales de verdad a conducir la lucha contra el crimen, en lugar de los actuales que trabajan nicamente para la cmara.