Equivocarse es parte de la vida, pero hay errores que, simplemente, uno no puede darse el lujo de cometer. Ello porque al hacerlo se corre el riesgo de que la vida d un giro de 180 grados. Perder el temple y agredir a un polica que la multaba por estacionarse mal le ha costado a Silvana Buscaglia Zapler una sentencia de seis aos y ocho meses de crcel. Cambi su vida y tambin la de su familia.
La razn por la que el caso de Buscaglia se volvi tan meditico y comentado, adems de ser un precedente, es la sentencia que ha supuesto, no el delito que se ha cometido. Es decir, lo que nos sorprende no es que haya agredido a un polica, sino que haya tenido que pagar por ello.
Y es que Lima se ha convertido en el escenario de una versin cotidiana de la pelcula argentina Relatos salvajes, con escenas de la vida real, pero sin el humor negro y sin Bombita (el personaje de Ricardo Darn). La violencia fsica y verbal es parte del da a da del limeo, especialmente cuando maneja.
Por ejemplo, esta semana se hizo viral el video de un taxista que, iracundo, baj de su auto para romper el espejo del vehculo que no le permiti invadir su carril. En vez de pensar en el respeto de las reglas como un deber, se entiende incumplirlas como un derecho.
La sentencia a Buscaglia se ha convertido en el precedente de una severa sancin por un delito que hasta hace poco no tena consecuencias prcticas. Sin embargo, no ha sido la nica que ha tenido que responder judicialmente por maltratar a la polica esta semana. El Poder Judicial dict sentencia de ocho aos de prisin para Ftima Lozada Campomanes, en Chimbote, y prisin preventiva para Gissel Rosales Bustinza, en el Callao, a ambas por violencia contra la autoridad.
Faltar el respeto a un polica y agredirlo es inaceptable y tiene que ser sancionado. No obstante, si bien hay que velar por que se respete la autoridad policial, tambin hay que hacerlo por que no se abuse de esta, y es por ello que las sanciones tienen que ser proporcionales.
La pena para quienes empleen violencia contra un miembro de la polica es de entre ocho y doce aos de prisin, segn el Cdigo Penal. Por ello, las sentencias han sido dadas de acuerdo con la ley.
Sin embargo, cabe preguntarse si las penas dictadas a estas mujeres son proporcionales, especialmente si son comparadas con las que merecen otros delitos. Por ejemplo, existen ciertos tipos de homicidio (culposo y por emocin violenta) que tienen penas de menos de cinco aos. Un desbalance que, sin duda, el Congreso debe ponderar para modificar el Cdigo Penal.