MARÍA CHÁVEZ CHUQUIMANGO

Su abuelo militar fue quizá el gran responsable de su pasión por las fotos y su interés por la historia. “La primera fotografía que me llamó la atención fue una del Huáscar tomada en Valparaíso, posterior al combate de Angamos estaba en malas condiciones y era un monitor pequeño que aun así defendió al país con honor y bravura”, señala el fotógrafo cuya colección permite repensar nuestro pasado.

—Cuénteme de su infancia Cuando tenía 7 años vivía con mi abuelo. Él me contaba que a los 18 años era cadete de la escuela militar y lo hacían correr hasta al Morro Solar, uno de los campos de batalla en 1881. Al llegar, encontraba cadáveres, banderas, bayonetas y armas de la guerra. Tanta fue la violencia de la época que la gente se había alejado del lugar. Por otro lado, mi abuelo era aficionado a la fotografía y registró maniobras militares y otras actividades del Ejército Peruano.

—¿Y cómo consiguió tener una colección de fotos históricas del país? Por muchos caminos. Por un lado tengo fotos originales de la época de la Guerra del Pacífico y también grabados de 1880 y 1890. Hay personas que me permiten digitalizar sus imágenes y mostrarlas cuando tengo una presentación. En esos casos coloco el crédito de esas personas. Además tengo acceso a archivos públicos y privados, porque no solo investigo en el Perú sino en Chile, EE.UU. y otros países que tienen información sobre la guerra.

—¿Dónde las conserva? Las imágenes digitalizadas, en discos duros, y tengo varias copias en alta calidad de la misma imagen. Las fotografías y grabados originales las mantengo en un ambiente especial. La fotografía está relacionada a la tecnología. Si no se conservan bien, las imágenes antiguas pueden perderse. Al digitalizarlas podremos conservar el momento y la imagen histórica. En la Guerra del Pacífico, una foto que se tomaba en Arica, en diciembre de 1880, podía publicarse en Europa aproximadamente seis meses después.

—Nos ha entregado unas imágenes inéditas de esta importante etapa de nuestra historia. ¿Por qué decidió mostrarlas? Mi trabajo va por dos caminos, no solo se trata de mostrar imágenes novedosas que no han sido vistas antes, sino que la gente comprenda que no todo en la foto es verdad, porque cada fotografía tiene códigos, formas propias para ser entendidas. Las fotos que estoy dando a conocer pertenecen al Archivo Histórico de la Marina de Guerra del Perú, a la que solicité la autorización para exhibirlas. Al final, mi labor como investigador es mostrar, encontrar imágenes, analizarlas y difundirlas para que lleguen a todos los peruanos y que sean de dominio público.

—¿Cuál es la importancia de estas imágenes para la ciudadanía? No muestran una imagen de derrota sino de esperanza. Estas fotos tratan del retorno de Tacna al Perú y nos permiten aprender de ello y redescubrir nuestro respeto y admiración por los compatriotas que por más de cuarenta años estuvieron cautivos sin perder nunca la esperanza.

—¿Entre todas las imágenes que ha visto en estos años, qué fotos le impactaron más? Hay muchas imágenes de este doloroso momento nacional, como las primeras fotos del Ejército Peruano posteriores a la Guerra del Pacífico. Se observa a los oficiales muy adultos junto a soldados y una tropa muy joven. Es un ejército diezmado pero valiente que cumplió con su deber en circunstancias muy difíciles. También están las imágenes de nuestras rabonas: las valientes mujeres que acompañaban a nuestro ejército, servían el rancho y cuidaban a sus esposos y a los heridos en los combates. Otra imagen que me llama la atención es la de un joven coronel Cáceres del tiempo de la guerra. No es el anciano venerable que reconocemos en fotos y pinturas posteriores a la guerra, sino el hombre enérgico que fue a defender al país durante todo el conflicto.

—¿Qué hubiera rescatado como fotógrafo si le hubiera tocado vivir en el momento de la guerra? En caso de una situación como esa, ver el lado humano, no solamente el militar. Saber cómo vivían las personas en Lima, Tacna, Huancayo y comprobar si fue verdad que las novias se casaban de luto, ya que hay versiones que señalan que aquello no fue así.

—¿Qué cambio le ha dado a su vida la fotografía? He podido encontrar una forma de expresarme y tengo la suerte de poder dedicarme a ella enseñando, fotografiando o investigando.