REDACCIN LIMA
El 30 de mayo de 2014, Universitario de Deportes cay 1-3 ante Sport Huancayo en el estadio Monumental. Sin embargo, aquella tarde la U perdi ms que un partido. Minutos antes del choque, en las inmediaciones del estadio de Ate, dos facciones de la Trinchera Norte protagonizaron uno de los tantos enfrentamientos por el control de las entradas de cortesa, que la dirigencia le entregaba a la barra. Aquella tarde, la guerra interna entre hinchas de la U escribi uno de sus captulos ms oscuros.
Un certero balazo acab con la vida de Bryan Anthony Huamanlazo Cusipuma (19), conocido como Caballito. La vctima perteneca a la barra La Tropa de San Juan de Lurigancho y segn informacin de la PNP, un sujeto conocido con el apelativo de Negro confianza, integrante de La Turba de Magdalena de Mar, fue quien realiz el disparo. Este trgico e incomprensible episodio marc el inicio de un sangriento espiral de enfrentamientos que se repite semana a semana.
Segn seal un miembro de la Trinchera Norte el enfrentamiento que origin la muerte de Caballito, se produjo por la entrega de boletos falsos que la directiva habradistribuidoa un grupo de barristas y que estos repartieron a otra faccin sabiendo que eran falsas. Sin embargo, la propia directiva de la U ha negado que esto haya pasado.
Hace unos das, dos nuevos enfrentamientos por el control de las entradas colocaron a los hinchas de la U en el ojo de la tormenta. Miguel ngel Bravo Pacahuala, fue baleado en Ate a la salida del partido entre Universitario y Csar Vallejo. El presunto responsable sera Fernando Rodrguez Zubieta, alias Cachete, a quin la polica captur junto a otros cuatro sujetos, entre ellos un menor de edad. Todos identificados como hinchas cremas.
Dos das despus, dos miembros de la Trinchera Norte se agarraron a golpes en el valo Higuereta, en Surco. A los sujetos no les import estar en medio de la calle y paralizar el trfico. Todo fue grabado por un usuario de WhatsApp.
1.EL VALOR DE LAS ENTRADAS La que es una de las hinchadas ms grandes del Per vive fracturada por el reparto de entradas de cortesa por parte de la dirigencia de Universitario. Aunque el club ha negado que ello siga ocurriendo, hinchas vinculados a la Trinchera Norte aseguran que hoy el club sigue entregando tickets para los partidos que el equipo crema juega de local e incluso de visita.
El gerente deportivo de Universitario de Deportes, Germn Legua, seal a El Comercio que anteriormente la dirigencia entregaba entre 2.000 y 3.000 entradas, pero eso se cort tras los hechos violentos que se generaron el 2014.
Incluso, en febrero de este ao en un anuncio conjunto realizado por el ministro del Interior, Daniel Urresti, y el presidente de la Federacin Peruana de Ftbol (FPF), Edwin Oviedo, se prohibi que los clubes entreguen entradas. No obstante, la disposicin no se respet. Varios clubes siguen entregando boletos y ese tema no solo sucede en la U, inform una fuente de la PNP.
Legua indic que el club dej de entregar boletos y eso ocasion que el reclamo de los barristas. Hasta lafecha no se dan entradas, sentenci el gerente deportivo de Universitario de Deportes.
Sin embargo, El Comercio pudo conocer que las facciones del cono norte, este, oeste y sur de Lima reciben actualmente entre 1.000 y 2.500 entradas por partido. Son ocho cabezas de barra las que reciben las entradas y estos a su vez deberan de hacerlas llegar a su gente. El tema es que muchas veces estas no llegan a los hinchas, confiesa un ex dirigente de la Trinchera Norte, alguien que vivi de cerca el inicio de esta divisin.
El ex dirigente pide que lo llamen Kaln y dice estar retirado de la vida activa de la barra. Ya no batuteo, pero sigo cerca de la trinchera. Kaln cuenta que muchos cabecillas se empezaron a quedar con algunas entradas y luego las revendan. Las entradas se vendan al 70% de su precio normal. En solo 10 entradas podan ganar hasta 70 soles como mnimo. De la nada se hacan de plata. Tener entradas es como tener dinero en el bolsillo.
2.CMO SE REPARTEN Los dirigentes se renen con los jefes de barras y les dan un nmero de entradas, comenta Kaln. Supongamos que para un partido de local de la U a la trinchera se le da 1.600 entradas. 400 tendran que ir para cada cono y estos jefes de zonas deberan reunirse con las cabezas de cada distrito para distribuirlas de forma equitativa: 50 para Los Olivos, 50 para Independencia, 50 para Carabayllo, etc.. Eso no siempre suceda.
Kaln no puede precisar en qu momento las entradas se perdan. Al pasar de mano en mano el nmero disminua. De pronto algunos distritos se quedaban sin entradas y ah venan los reclamos. Este problema empez hace ms de una dcada, primero con pocas localidades y luego con cientos de tickets. El tema se desbord.
3. GUERRA POR ENTRADAS Para entender el problema en su real dimensin hay que ir al gnesis de la Trinchera Norte, fundada el 9 de noviembre de 1988. Los socilogos Aldo Panfichi y Jorge Thieroldt en su artculo Clubes y barras en Per: Alianza Lima y Universitario de Deportes sealan que esta nace luego de que un grupo de jvenes barristas de oriente, descontentos con el liderazgo oficial de la barra a la que acusaron de pasiva y aburguesada, decidieron romper con ella y migrar hacia la tribuna popular norte para ocuparla y reclamarla como suya.
Para el periodista y antroplogo Ral Castro, los dirigentes de aquella poca aprovecharon la creacin de la trinchera e incluso la promovieron tambin buscando consolidar una fuerza de choque para el club o para sus propios intereses, en casos concretos de disputas internas entre dirigentes.
En los 90 haba un concepto totalmente equivocado del manejo de club. Muchos de ellos (dirigentes) prefirieron manejar su propia fuerza de choque. Queran defenderse de los ataques de otras barras o facciones, explica Ral Castro. Para eso entre otras cosas, entregaban entradas y banderolas, etc.
Germn Legua recuerda que esta prctica naci cuando Alfredo Gonzales era dirigente yempez a entregar las entradas a la barra. Al principio esto funcion pero luego hubo divisiones entre grupos. Hoy ya no se regala nada y por eso es que salen los reclamos, por eso es que hay broncas entre ellos. Incluso cuando dejamos de dar boletos se molestaron con nosotros, dice.
Con los aos la hinchada empez a crecer y empezaron los primerosproblemas. No exactamente por mala manipulacin de entradas sino porque las que se entregaban eran insuficientes para la masa de hinchas.
En 1995 el tema se desborda cuando las trinchera se atomiza y las barras de distribuyen en grupos por barrios o distritos. El periodista Miguel Villegas, autor del libro Padre Nuestro y conocedor del mundo Universitario de Deportes, seala que esta situacin gener que los mismos cabecillas no se reconozcan entre s y mucho menos tengan la certeza de a dnde iran a parar las entradas que la directiva reparta.
Miguel Villegas dice que los verdaderos hinchas, aquellos apasionados que se esmeraban en el aliento al equipo, fueron alejndose de la direccin de la trinchera. Esa gente fue creciendo, teniendo responsabilidades, deba trabajar, ya tena hijos, etc.. Sin embargo, no se preocuparon en que la gente que los relevara tambin est formada bajo la mstica del verdadero hincha.
Eso no sucedi y quienes llenaron los espacios eran delincuentes, verdaderos lumpen que se desenvolvan en una dinmica de robos, saqueos y desmanes. Se confunden entre la masa sin rostro para cometer delitos, cuenta el ex director de la Polica, general en retiro Eduardo Prez Rocha.
Para esa gente recibir entradas era una forma de lucro. Estas no se repartan, se vendan a revendedores, agrega Prez Rocha.
4. LA DINMICA DEL HINCHA El siclogo ngel Robles explica que las barras y las pandillas son vistas como espacios inclusivos en donde los conceptos de pasin y violencia se confunden fcilmente. La lnea divisoria es tan delgada que a medida que el adolescente se introduce, le es ms difcil diferenciarla.
La barra es una institucin que no pide requisitos para sumar integrantes. No se solicitan antecedentes policiales ni un test sicolgico. Incluso, su propia naturaleza foment la asimilacin de sujetos de perfil intolerante, violento y contradictorio.
Ral Castro explica este durante el final de la dcada de los 80 y los primeros aos de los 90, se desata un estado de guerra permanente, una dinmica de convivencia que buscaba conseguir el dominio territorial hasta conseguir la supremaca. Necesitaban demostrarse a s mismos, primero, y luego a la sociedad que haba una autoridad de orden callejero.
Estas personas no solo llenan vacos emocionales tambin encuentran una forma de lucro, seala Prez Rocha.
5. BARRAS Y FACCIONES Kaln cuenta que el control de la Trinchera Norte hoy est a cargo de La Turba (Magdalena). Ellos batutean y reparten las entradas. Aunque la gente est disconforme, algunos no son hinchasy sobre todo no sonleales con la misma gente de la barra.
El testimonio de Kaln va en la misma lnea de la informacin que maneja la Polica a travs de sus labores de inteligencia. La Turba comanda y varios de sus miembros estn metidos en ilcitos seala la PNP.
En el otro bando est La Tropa (San Juan de Lurigancho)y Saign (Vitarte), barras que han protagonizado enfrentamientos violentos en los ltimos meses. Estas barras se enfrentan a la gente de La Turba,antes por las entradas ahora por venganza. Lo de Caballito no se olvida.
Caballito era Bryan Anthony Huamanlazo Cusipuma, miembro de La Tropa asesinado presuntamente por un hombre de La Turba. Cada partido hay bronca, antes y despus, incluso durante, comenta una agente de la comisara de Ate.
Holocausto (Rmac), Falange (San Martn de Porres), Agustinorte (El Agustino), La Causa (San Borja), Los Fugitivos (Independencia), Los de Brea U Norte (Brea), Callao Crema (Callao), Resistencia (Jess Maria) y Demencia (Pueblo Libre), son otros bandos inmersos en esta guerra.
OTROS CLUBES Los casos de Alianza Lima y Cristal tienen episodios de violencia menos frecuentes, aunque la rivalidad y las peleas se concentran en los equipos rivales. Hay muy pocos casos de facciones de estos equipos pelendose entre s, seal una fuente de la PNP, que desde hace meses se encarga de seguir estos hechos violentos entre barras.
Per est lejos an de casos como el de Argentina, que es visto como uno de los pases en donde el ftbol registra con frecuencia episodios de violencia entre hinchadas rivales. Sin embargo, mientras se siga pensando que este es un asunto que solo le atae a los clubes o solo a la polica, o mientras ambos se sigan tirando la responsabilidad, el tema se puede escapar de las manos.