Un perro parado junto al almuerzo de los policías, la ropa tendida de los agentes en plena calle, techos a punto de desplomarse y camarotes apilados. Estas son las deplorables condiciones en las que atiende una comisaría de La Molina.

Aunque no lo crea, no se trata de un alejado puesto policial: esta es la comisaría de Las Praderas, ubicada nada menos que en uno de los distritos limeños con mayores recursos.

En imágenes difundidas por el noticiero 90 Segundos, se demuestra que policías han colocado ladrillos en los techos para procurar que el aire entre, porque adentro prácticamente es un horno.

Fue en abril del 2011 que el entonces director de la policía Raúl Salazar y el alcalde de La Molina inauguraron con bombos y platillos este local.

Vecinos que donaron el terreno y ladrillos para continuar las obras están indignados por el abandono de esta dependencia. Autoridades de la Policía Nacional no se han pronunciado hasta el momento.