Renzo Zanabria Huanca es el hombre que fue la manzana de la discordia para la violenta gresca entre dos mujeres en el distrito de Miraflores, en Arequipa. Como se informó, imágenes de una cámara de seguridad captaron a Sandra Bruna Morales (25) siendo golpeada y arrojada a un barranco por Lisset Lupo Mamani, la esposa de aquel sujeto que sería su amante.
Zanabria Huanca se encuentra en Lima, dijo que llegó a la capital tras el incidente entre la joven de 25 años –con quien aceptó haber mantenido una relación paralela- y la madre de sus dos hijos. Pero en las imágenes se ve claramente cómo el hombre se retira inmediatamente y no evita que ambas mujeres se peleen.
Él reconoció que tenía una relación paralela con la joven de 25 años y que no es la primera vez que comete infidelidad. “Sí, la verdad que sí”, respondió consultado al respecto por el noticiero de TV “Primera edición”. Según dijo, vino a Lima luego de que su conviviente le reclamara y dijera que ya no quiere saber nada de él. Pero este individuo afirma estar arrepentido y esta noche volverá a Arequipa para pedirle a la madre de sus hijos que lo perdone.
“Yo quisiera, si me está escuchando Lisset, que me perdone. La quiero, la extraño mucho a ella y a mis hijos. Quiero que me dé la última oportunidad de demostrarle que no va a volver a pasar esto”, manifestó.
HABLA LA VÍCTIMA Según dijo Renzo Zanabria, el día de los hechos le decía a Sandra Bruna Morales que ya no quería que lo moleste, porque quería retomar la relación con la madre de sus hijos. Ambos conversaban en estado de ebriedad.
Pero es otra la versión de la joven de 25 años, víctima de la agresión que pudo acabar con su vida. “Yo me he encontrado, porque él estaba por ahí. Yo le estaba reclamando, porque él habla mucho de mí”, argumentó.
Ella sostuvo que era constantemente acosada por Renzo Zanabria Huanca e insultada y agredida por la pareja de este, Lisset Lupo Mamani.
Ayer se supo que la agresora dijo no recordar el momento en que puso en riesgo la vida de la joven. Por el contrario, la acusó de haberle arañado el rostro.