Hacinados, durmiendo sobre pisos de tierra y casi a la intemperie pasan los días los agentes de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales Dinoes destacados a las bases que combaten el narcoterrorismo en el Vraem.
Las pésimas condiciones en que viven los policías dentro del aeródromo de Kiteni, en la base de Kepashiato y en el local municipal de Yuveni, Cusco, fueron mostradas en un informe de América TV. Cada uno de estos lugares está colmado de camarotes con colchones rotos y viejos apenas cubiertos de plásticos para contrarrestar el frío. Sobre los colchones pasan cables de donde los policías se abastecen de electricidad, aunque ello constituya un riesgo latente de cortocircuito.
“Lo peor que le puede pasar a un combatiente es perder a un compañero delante de él o que te pida que no lo dejes morir. Lo irónico de la vida es que muchas veces se les puede salvar, pero el apoyo del Estado y la logística no lo permiten”, dijo un agente de la base de Kiteni, en el distrito de Echarate.
“En el aeródromo de Kiteni estamos viviendo al aire libre, solo hay un techo y nada más”, señaló otro.
Grave situación similar ha obligado a cuarenta efectivos de la base de Kepashiato a ocupar el local municipal destinado para los Bomberos. Ahí pernoctan en dos carpas de campaña y rodeadas por sacos de arena como única defensa ante cualquier ataque.
El segundo piso del municipio de Yuveni, Vilcabamba, también ha acogido a otro grupo de policías. No obstante, debido a la gran cantidad de agentes, la convivencia ahí también se les ha hecho tortuosa.