PPK no debería perder de vista la dualidad Lima-regiones. El positivo ánimo mediático limeño no necesariamente se reproducirá fuera de la capital. (Reuters)
PPK no debería perder de vista la dualidad Lima-regiones. El positivo ánimo mediático limeño no necesariamente se reproducirá fuera de la capital. (Reuters)

JOS CARLOS REQUENA

Analista poltico

Los iniciales ndices de aprobacin presidencial para Pedro Pablo Kuczynski han sido auspiciosos: en todos los sondeos, algo ms de seis de cada diez peruanos aprueban su gestin. Kuczynski no es el primer presidente que empieza as: las aprobaciones iniciales a sus tres predecesores inmediatos bordearon el 60%, como ha recordado Arturo Maldonado (El Comercio, 9/8/2016).

Las cifras que hoy presenta Ipsos son ms favorables fuera de Lima: el ndice de aprobacin es de 62% en el interior, y en el sur llega a 68%. En los inicios de sus dos predecesores, segn la misma encuestadora, el respaldo a Ollanta Humala era superior en el interior que en la capital (61% frente a 47%, respectivamente), mientras que a Alan Garca le iba mejor en Lima que en las regiones (68% frente a 61%). Las cifras son coherentes con los resultados electorales que los llevaron al poder: la victoria de Garca del 2006 se asent en Lima y su apego al mal menor, mientras la expectativa por la gran transformacin del 2011 corresponda ms al nimo regional que al conservador momento capitalino.

Como se recuerda, la victoria electoral de Kuczynski fue una curiosa suma del tradicional espritu capitalino adverso al riesgo de Lima y la resistencia que causaba el fujimorismo en el sur del pas. Las primeras encuestas parecen reproducir este talante.

Los primeros pasos del llamado por algunos entusiastas estilo Kuczynski han sido una mezcla de gestos mediticos generalmente bien recibidos con exabruptos verbales y pasos audaces en el tratamiento de algunos problemas fuera de Lima. Ha reproducido, de alguna manera, su baile: rgido y desmaado, pero entusiasta y bienintencionado.

Pero el presidente y su entorno no deberan perder de vista la dualidad Lima-regiones. El positivo nimo meditico limeo no necesariamente se reproducir fuera de la capital. Las simpatas iniciales, como legado de las campaas electorales, podran tornarse prontamente en gran antipata.

Los llamados levantiscos expresados en La Oroya antes de asumir el poder, el exabrupto verbal sobre el contrabando en Puno o la anticipada visita a Madre de Dios para dialogar con los mineros informales le han granjeado gran cobertura y variadas respuestas en Lima. En los lugares que visit pueden significar el incremento de expectativas que quiz no se pueda satisfacer.

Sin operadores polticos en el Ejecutivo, con una presencia parlamentaria mayoritariamente capitalina (11 de 18 congresistas de Peruanos por el Kambio representan a Lima y el Callao) y con un partido que renueva liderazgo con los mismos rostros, la audacia y el entusiasmo pueden terminar siendo contraproducentes. La predecible primavera de popularidad presidencial que hoy rodea a Pedro Pablo Kuczynski podra convertirse, sin mucha espera, en una luna de hiel