Jiménez permanece con prisión hospitalaria desde diciembre del 2016, debido a una afección coronaria.
Jiménez permanece con prisión hospitalaria desde diciembre del 2016, debido a una afección coronaria.
Carlos Paredes

El Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) nace de una contradicción. Se crea cuando es expulsado de la Dincote, en el verano de 1990. Él se oponía a tratar a los terroristas como delincuentes comunes. Estaba convencido de que en diez años estos métodos solo habían traído fracasos. Esas discrepancias lo hacían subversivo en la policía antisubversiva. El día que fue a sacar sus cosas de su oficina, pasó a saludar al general Fernando Reyes Roca, entonces director de la Policía Técnica (ex PIP). Este lo conocía desde que fue jefe de la Dincote, entre 1983 y 1985. Reyes Roca le pidió que le explique su idea de hacer un grupo especial de inteligencia. Jiménez desarrolló su tesis de cambiar la metodología tradicional policial que detenía para investigar, para pasar a investigar hasta probar, para después capturar. Reyes Roca informó que a partir de ese momento se formaba el GEIN al mando del mayor Jiménez. Empezaron cuatro oficiales y un subalterno. Cinco hombres, sin escritorios ni sillas, menos radios o vehículos. Jiménez solo tenía una carta enviada por una madre narrando que su hija había sido captada por Sendero Luminoso. Ella era la camarada ‘Isa’ y fue el hilo de la madeja hasta la captura de Abimael Guzmán.

Veinticinco años después de la captura de Guzmán, Benedicto Jiménez está preso, acusado de pertenecer a la organización criminal de Rodolfo Orellana, empresario acusado por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir y lavado de activos. Un infarto y un hábeas corpus han llevado a Jiménez del penal de Ancón al Hospital de la Policía. Su corazón trabaja al 25% y se le ha implantado un desfibrilador automático; o sea, un resucitador permanente. Jiménez –abogado, ex presidente del INPE (2007), ex candidato al Congreso y la alcaldía de Lima (2006)– dedica su día a su propia defensa. La situación judicial del creador del GEIN es incierta. Sostiene que no hay pruebas que lo incriminen en el delito de lavado de activos. El juicio aún espera fecha.

*Esta nota fue publicada el 02 de setiembre del 2017 en la revista Somos.

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