Canelo vs. Golovkin: No es una pelea más, por Ricardo Montoya. (Foto: AP)
Canelo vs. Golovkin: No es una pelea más, por Ricardo Montoya. (Foto: AP)
Ricardo Montoya

Han sido tantos los despropósitos que se han cometido con el boxeo el último tiempo que hasta parece burla que todavía se le denomine “la Dulce Ciencia”. Ávidos de dinero los empresarios vieron en este deporte una aventura lucrativa y se inventaron tantos entes rectores como categorías pugilísticas. Los managers no querían que una posible derrota les arruinara el negocio. Así, por dinero, fue que cualquier vasallo de medianas condiciones sobre el ring podía convertirse en Rey. Así también fue como el público fue perdiendo interés en la oferta que recibía desde el cuadrilátero.

Como si no bastara con la escasa jerarquía de algunos monarcas y la irrupción de la UFC para enturbiar el panorama, Floyd Mayweather Jr, triste emblema del pugilismo moderno, perpetró junto a Manny Pacquiao primero y al artista marcial mixto Connor Mcregor después dos veladas tan redituables como soporíferas. En medio de este panorama, sin figuras notables y con varios harakiris en el estómago es que el boxeo llega tambaleante a la noche de hoy. “Canelo Alvarez y Gennady Golovkin la revancha” no es únicamente un batalla que reúne a los dos mejores pesos medios del planeta sino que también, de alguna forma, supone labores de resurrección para un deporte en estado terminal.

Hace un año ambos ofrecieron ya un combate encarnizado que ilusionó a los amantes del deporte de los puños.Esta segunda celebración de la religión perdida de la masculinidad, como llamaba Joyce Carol Oates al pugilismo, puede, sin ambos repiten la entrega y los mandobles de la primera versión reavivar definitivamente al moribundo.

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