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Testino

Hace calor en Catacaos. Es mediodía y Mario Testino viste de azul oscuro y negro. Camisa, pantalón, zapatos, lentes cuadrados incluidos. El look impecable, finalmente, poco sabe de temperaturas. El 2018 tiene ya diez días encima y el fotógrafo de modas más importante del mundo ha llegado ahí para reinaugurar dos centros de salud destruidos por El Niño costero. Cuenta el corresponsal de El Comercio en Piura, Ralph Zapata, que durante la visita fue muy breve al hablar. Encantador siempre, empero. Amable y abierto con la gente. Agradeció a la ONG Save the Children, de la que es embajador, y a la institución cultural MATE, de la que es cabeza, por recabar US$ 120 mil para tal fin, se tomó algunos selfies con las enfermeras y se fue. Sería su última aparición pública antes de que The New York Times soltara una bomba en su contra. Trece modelos y ex asistentes lo acusaban de hostigamiento sexual y abuso de poder. Los hechos sindicados ocurrieron en la década del 90, pero la coyuntura que envuelve las denuncias por acoso y ultrajo a mujeres en industrias como las de Hollywood y los deportes han puesto el caso bajo fulgurantes y penosos reflectores. Todos ellos, por cierto, más parecidos a los que existen en las salas de interrogatorios detectivescas que a los que cuelgan sobre largas pasarelas.

Un extenso artículo de The New York Times, publicado el 13 de enero, destapó el escándalo.
Un extenso artículo de The New York Times, publicado el 13 de enero, destapó el escándalo.

Sentado bajo un toldo blanquirrojo y rodeado de globos y carteles hechos con cartulina, papel lustre y gratitud, aquel día en el desierto, el señor Testino pudo haber estado escuchando los discursos de las autoridades locales. O quizá no. Difícil determinar si la mirada fija sobre un punto evidenciada en las imágenes de la jornada o la parquedad de entonces se debieron a su conocimiento de la tormenta que se desataría con prontitud. Alertado de la eventual publicación del reportaje periodístico, al menos, tiene que haberlo estado, porque la pieza en cuestión consigna el descargo de Lavely & Singer, la firma de abogados que lo representa. En esta dicen estar consternados y sorprendidos por los alegatos, subrayando que las fuentes consultadas no pueden considerarse confiables por tratarse, algunos, de ex empleados descontentos, y otros, de personas con cuestionable salud mental. 

Jason Fedele también sindica al fotógrafo  como acosador.
Jason Fedele también sindica al fotógrafo como acosador.
El modelo Ryan Locke fue retratado por Testino en la década del 90.
El modelo Ryan Locke fue retratado por Testino en la década del 90.

El ex modelo Ryan Locke es uno de ellos. Según su testimonio para el diario estadounidense, el peruano, con el que trabajó en una campaña para Gucci, era un depredador sexual. “En el último día de filmación, mientras hacíamos fotos sobre una cama, Testino dijo: ‘Me parece que [Locke] no lo está sintiendo. Salgan todos’. Cerró la puerta, trepó sobre la tarima, sobre mí y dijo: ‘Soy la chica, tú el chico’. Me fui contra él, le tiré la toalla, me puse mi ropa y salí”. Jason Fedel, colega de Locke, también declaró para el Times. “Si querías trabajar con Mario, tenías que hacer una sesión desnudo en el hotel Chateau Marmont. Todos los agentes sabían que eso era lo que había que hacer para avanzar en esta carrera”. Somos se contactó esta semana con la oficina principal del fotógrafo en Londres para solicitarle una entrevista o declaración adicional, también la de algún vocero del MATE en Lima. Emily Smith, del área de comunicaciones, sin embargo, indicó que no se emitirían comunicados por el momento.  

Tiempos realmente difíciles los que vive Testino hoy. Marcas grandes como Burberry, Stuart Weitzman y Michael Kors anunciaron que no lo contratarán más. Anna Wintour, su amiga del alma y todopoderosa editora de la biblia de la moda, la revista Vogue, ha dicho que “tiene el corazón roto” y que prescindirán de sus servicios mientras se esclarezcan los hechos. También de los del fotógrafo Bruce Weber, denunciado por causas similares en el mismo artículo periodístico. Aquí en el Perú, las aguas también se movieron como consecuencia. Un joven peruano publicó el 15 de enero en su cuenta de Facebook haber vivido una experiencia similar a las aludidas en el Times, la cual involucró a Testino hace años en Lima. Al ser requerido por Somos, el entonces aspirante a modelo prefirió no declarar a la prensa hasta asesorarse legalmente. 

Realidad cercana
El caso, por otro lado, abre el debate respecto de la ocurrencia de episodios parecidos en la industria de la moda peruana. “Los avances indecorosos o no deseados se dan en la moda como en cualquier otro negocio. Lo que pasa es que no son tan evidentes como en este [...]. En nuestro medio no hay protocolos escritos de conducta para trabajar, digamos, pero los hay genéricos. Está en uno poner los límites”, afirma Efraín Salas, director y productor a cargo de Lima Fashion Week (LIF Week), quien además perfila una posición neutra respecto de lo sucedido con Testino, esperando que el tema se aclare para no perjudicar a ninguna de las partes involucradas. 

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