Manuel Contreras

El imponente vuelo de los cóndores, en medio del agreste y mágico paisaje del valle del Colca, fue el escenario que eligió Mazda para presentar y poner a prueba su nuevo modelo CX-30. La SUV, de amplias dimensiones y gran potencia, sorteó sin problemas caminos de carretera y trocha en un recorrido de más de 150 kilómetros desde la ciudad de Arequipa hasta los casi 4 mil metros de altura del mirador Cruz del Cóndor.

Lo primero que llama la atención de la Mazda CX-30 es su comodidad. En términos de espacio, se ubica entre las clásicas CX-3 y CX-5 y mantiene la línea de su característico diseño Kodo, concepto de la firma japonesa que resalta la belleza del espacio vacío y el juego de luces y sombras.

Quien haya realizado un viaje por carretera sabe que la estabilidad es esencial y la CX-30 mostró su capacidad de adaptación a distintos tipos de terreno. Gracias a su sistema de 22 sensores, la SUV logra predecir la dificultad del camino y facilita así la conducción.

Su sistema de insonorización aísla los molestos ruidos exteriores y permite el disfrute pleno de su programa de audio compuesto por 12 parlantes Bose. Una maravilla que no posee ningún otro modelo de Mazda y que hace posible un manejo relajado, aun en caminos accidentados.

En cuestión de seguridad, la nueva SUV posee siete airbags, sensores de punto ciego en los espejos retrovisores y tecnología que alerta al conductor cuando el coche se aproxima mucho a otro vehículo. Esta característica, así como la ayuda para el retroceso, se activan en su pantalla de 8,8 pulgadas.

Por estas razones, la SUV de Mazda es una buena alternativa para recorrer nuestro país por carretera y disfrutar –como lo hicimos nosotros– de las postales que regalan las montañas y quebradas que rodean los pueblos de Chivay, Coporaque y Yanque, entre otros, que dan vida al valle del Colca.

La nueva Mazda CX-30 está disponible en motor 2.0 y 2.5, con un precio base de US$ 21.990, a través de los concesionarios de Derco. //

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