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José Carlos Yrigoyen

Si bien está situado en el puesto 67 del ranking FIFA –casi cincuenta puestos por debajo de Perú- el seleccionado de Arabia Saudita, nuestro próximo rival en el ciclo de amistosos premundialistas, no debería ser considerado un pastelito fácil de degustar. Es cierto que sus últimas actuaciones en la Copa del Mundo distan de ser positivas, y que su huella más memorable en este tipo de competiciones es la cruel goleada por 8-0 que los alemanes les endilgaron en Japón-Corea 2002. Por otra parte, es verdad que no pasan a una segunda fase desde su debut en mundiales, es decir, en Estados Unidos 94, y que en las ediciones siguientes siempre quedaron últimos en sus respectivos grupos. Después de ausentarse de los torneos de Sudáfrica y Brasil, los saudíes han regresado tras una eliminatoria asiática en la que se clasificaron con holgura. 

PALABRA DEL DÍA: SON

Siguen siendo un equipo con evidentes limitaciones, tanto en lo técnico como cuando deben pasar a la ofensiva, pero en sus últimos amistosos han evidenciado progresos que deberían ponernos un poco en guardia. Su entrenador, Juan Antonio Pizzi, bien conocido por nosotros, ha adoptado una política pragmática que le ha dado algunos resultados interesantes. Entre los encuentros de preparación jugados en el 2018 sus dirigidos han podido anotarse un meritorio triunfo por 2-0 contra los griegos, un digno 1-1 ante los ucranianos y una convincente victoria de 2-0 sobre los argelinos. También han padecido un par de duras goleadas -4 a 1 frente a Irak y 4-0 con Bélgica- pero está claro que cuando el engranaje de los verdes está aceitado, no es nada fácil pintarles la cara. 

Esto se reflejó en su último lance, disputado ante Italia, el 28 de mayo. Si bien los azzurri no pasan precisamente por su mejor momento –su eliminación de Rusia lo demuestra palmariamente- son sin duda una fuerza respetable y aún así sufrieron para imponerse a una Arabia que alineó varios suplentes. Los italianos vencieron por un ajustado 2-1 y el resultado no se distancia de lo visto en el campo. En la primera etapa los asiáticos se refugiaron en su área y patearon muy poco al arco –lo que es una constante del equipo de Pizzi cuando se halla frente a un adversario superior- pero en la segunda, con dos tantos abajo, salieron a atacar con mayor convicción e hicieron daño, más que lo que el gol de descuento de Al Shehri –interesante volante del Leganés- puede sugerir. 

La mayoría de los futbolistas saudíes juega en su liga local, económicamente espléndida pero discreta en lo deportivo. Su legión extranjera es limitada y se circunscribe a algunos elementos que militan en clubes españoles: el referido Al Shehri, Al Mullawad del Levante y sobre todo el mediocampista Al Dawsari del Villarreal, quien ya debutó en el equipo titular del Submarino Amarillo. Pero su figura de excepción, el equivalente árabe de Paolo Guerrero, es el delantero Mohammad Al Sahlawi, de 31 años, perteneciente al Al Nassr y que tiene la nada despreciable cifra de 28 goles en 38 partidos. Siete de esas dianas fueron decisivas para el regreso de su selección a las justas mundialistas. Descuidarlo no solo puede resultar contraproducente, sino, analizando sus antecedentes, bastante necio. 

Jugador por jugador, la Blanquirroja es más que los Guerreros del Desierto, y lo natural debería ser una victoria peruana este domingo en el estadio Saint Galllen de Suiza que prolongue nuestra histórica racha. Pero ya sabemos que nos cuesta asumir el papel de favoritos y eso podría aprovecharlo el modesto pero entusiasta contrincante que nos toca. Cuidado que en el momento menos esperado este hermano menor se decida a sacar las garras y nos sorprenda.

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