La alucinante historia de la llamada 'biblia del diablo', por Pedro Suárez-Vértiz. (Ilustración: Nadia Santos)
La alucinante historia de la llamada 'biblia del diablo', por Pedro Suárez-Vértiz. (Ilustración: Nadia Santos)
Pedro Suárez Vértiz

La Biblioteca Nacional de Suecia guarda un libro conocido mundialmente como la ‘biblia del diablo’. Este texto, de misterio permanente para los historiadores y pieza fascinante para los curiosos, se llama Codex Gigas (el nombre deriva del latín y significa ‘libro grande’), mide un metro de alto, medio metro de largo y pesa 75 kilos. La pieza medieval, de hecho, fue considerada en su momento la octava maravilla del mundo, y hoy se encuentra en perfecto estado de conservación, por lo cual es objeto de constante investigación. La leyenda sobre quién es el autor y cómo fue escrito es tan sorprendente como lo que se puede hallar en sus páginas.  

Se dice que en el siglo XIII un monje benedictino conocido como Hermán, el monje aislado, quebrantó sus votos monásticos. El castigo era morir atravesado vivo por largos palos punzantes a la mañana siguiente. El condenado y desesperado hombre, entonces, prometió escribir una obra que contuviera la Biblia y todos los conocimientos el mundo. No iba a ser un bosquejo, sino un libro terminado, con tapa, páginas e ilustraciones que maravillaría y enorgullecería al monasterio. 

La propuesta, obviamente imposible, se convirtió en objeto de burla por parte de sus superiores, que aceptaron el acuerdo solo para ver al monje sufrir en el intento. Este, ante su inminente muerte, no tuvo más remedio que invocar a una fuerza superior para poder detener su ejecución. Así que se decidió por el diablo. El pacto con la oscuridad fue el siguiente: la magnífica obra estaría terminada al amanecer, pero el monje, además de vender su alma, debía introducir una imagen del mismo satanás en el libro. Él aceptó y así se logró el Codex Gigas

Juan Sebastián Peña, investigador del diario colombiano El Espectador, describe así el contenido del libro: “...no solo su figura era aberrante, su contenido también era monstruoso. Algo así como un Leviatán al que no paran de nacerle cabezas. El Codex Gigas se creó como una colcha de retazos de diversidad casi inverosímil: en sus páginas están escritos el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Crónica Checa, tratados medicinales, una lista necrológica, las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, un par de trabajos del historiador Flavio Josefo, un calendario y otros textos. Además, contenía una gran imagen del diablo representado como un horrendo ser mitad hombre, mitad bestia, con garras, pezuñas hendidas y una lengua en forma de serpiente roja enorme...”.  

El Codex Gigas no es solo una pieza histórica atrayente por sus colosales atributos, sino que también es la única reliquia religiosa relacionada directamente con Satanás, aunque los escépticos dicen que en aquella época muchos canjeaban sus condenas a muerte por complejas y enormes obras para alargar sus años de vida.

Ahora bien, se dice que este libro nunca descansó en ningún lugar, ya que las personas que lo llegaban a tener en su poder solían ser perseguidas por una maldición. También existen huellas de páginas ausentes en el libro, quizá arrancadas por los monjes al contener cotizadísimas fórmulas o indicaciones para realizar pactos diabólicos.  

Lo más increíble de todo, aun si la leyenda no fuera cierta, es que la obra fue escrita por una sola persona. National Geographic le dedicó un estudio completo al Codex Gigas, junto con el paleógrafo de la Universidad de Bergem Michael Gulick. Todos confirmaron que las tendencias, rasgos y trazos en los manuscritos son uniformes e implagiables. Por lo tanto, el libro fue definitivamente escrito y graficado por un solo autor, quien hubiera necesitado de una o dos vidas enteras para lograrlo. Además, fue creado en un monasterio muy pobre, en un pueblo muy humilde de la actual República Checa, en páginas de pergamino con iniciales en pan de oro. Algo simplemente inexplicable. 

Contenido Sugerido

Contenido GEC