Julio Meléndez: ‘Y ya lo ve, y ya lo ve… es el peruano y su ballet
Julio Meléndez: ‘Y ya lo ve, y ya lo ve… es el peruano y su ballet
Rafaella León

A fines de la década del 60, un central de metro ochenta y cinco alcanzó la categoría de ídolo en el Boca Juniors. Se llamaba Julio Meléndez Calderón y su juego elegante y técnica limpia inspiraron un cántico en su nombre: ‘y ya lo ve, y ya lo ve… es el peruano y su ballet’. La hinchada boquense no se equivocó. El rudo deporte de contacto con los pies y la disciplina del tutú tienen más en común de lo que uno se imagina. Más allá de que un plié puede dar paso a la más estilizada de las guachas, hablamos sobre todo de equilibrio, velocidad, concentración, flexibilidad y una fuerza extraordinaria en los tobillos. 

No hay como un bailarín de ballet para entender el nivel de resistencia física y control del cuerpo que puede llegar a experimentar un futbolista en el instante en que ejecuta una coreografía con chimpunes: la danza del gol. Y no hay como un futbolista para saber que la danza clásica produce mejores atletas. Rio Ferdinand, ex jugador del Manchester United, se entrena en ballet pues, según ha afirmado más de una vez, mejoró su postura y tonificación. Asimismo, los futbolistas del Queen´s Park Rangers, equipo de la primera división del fútbol inglés; o los suecos del Östersunds, cuyos entrenamientos incluyen lecciones de danza clásica. Pies más rápidos, saltos más perfectos y menos riesgo de lesiones son algunos de los beneficios del ballet en el fútbol, sin perder de vista que una clase equivale a jugar un partido de hora y media y que por sesión se pueden llegar a perder hasta 250 calorías. 

Estadísticas aparte, si el espectáculo de un buen gol no es lo que se llama un ‘baile’, que nos explique Messi cómo es que a lo que hace sobre el césped solo le falta música.

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