Roma
Roma
Pedro Ortiz Bisso

En la era preinternet, llegaba al Perú con una semana de retraso. Pepe Ludmir editaba la ceremonia, separaba la maleza del césped y hacía el doblaje. La suya era una versión compacta, amable y algo azucarada de lo que ocurría en escena. Explicaba los chistes hechos para el público gringo y dejaba que el espectáculo fluya, sin afán de protagonismo.

Cuando tocaba la despedida, lo hacía con su muletilla favorita: “Nos vemos en el cine”.

Hoy, repetir su frase -en pleno reinado del streaming- sería un acto de nostalgia.

Si esta 24 de febrero, “Roma” gana el Óscar como mejor película y mejor película no hablada en inglés entraría en la historia. Ni “La Vida es Bella”, “Amor”, “Z” o cualquier otra de sus predecesoras ha conseguido el ansiado doblete.

Pero Netflix ya rompió una marca: es la primera plataforma de contenidos en conseguir que una de sus producciones sea nominada a la máxima categoría.

En los últimos meses, Alfonso Cuarón ha empleado gran parte de sus fuerzas para conseguir que su obra maestra sea exhibida en pantalla gigante. Su alianza con el gigante del streaming se topó con la reticencia de los propietarios de las salas de cine. Apenas un puñado de ellos accedió a mostrarla. Lo mismo ha ocurrido en otras partes del mundo, incluyendo nuestro país. Aún así, “Roma” es, junto con “La Favorita”, la gran candidata para llevarse el premio de la noche.
La edición 91 de los premios de la academia será especial, también, por otras razones. Con su nominación, “Pantera Negra” es el primer filme de superhéroes que postula a mejor película.

Y por primera vez en 30 años, la ceremonia no tendrá un presentador principal. Tras la renuncia del comediante Kevin Hart, luego de que se dieran a conocer unos tuits suyos considerados homofóbicos, los organizadores decidieron prescindir de un anfitrión.

No tendremos, pues, a un Billy Crystal ingresando al escenario atado a una camilla con una máscara de Hannibal Lecter; a Ellen Degeneres tomándose un selfie con Brad Pitt, Jennifer Lawrence y Meryl Streep (con el hoy odiado Kevin Spacey colándose en el cuadro) o a Jimmy Kimmel tratando de disimular el más grande papelón de la historia de los premios, luego de que los productores de “La la land” recibieran la estatuilla a mejor película por error.

Contenido Sugerido

Contenido GEC