Jaime Bedoya

El día de ayer fue exacto al de hoy. Será idéntico al de mañana. Y pasado mañana será tal como fue ayer. El Día de la Marmota se ha hecho realidad en esta . Aunque no se trata de una repetición igual para todos. Hay comedias, hay melodramas y hay abundante tragedia en encierros repetitivos donde la incertidumbre y la carencia de siempre se han vuelto claustrofóbicos.

Para el que vio la película y sabe de las consecuencias del Día de la Marmota no debería ser necesario decir nada más. Para el que no tiene idea de qué se trata el Día de la Marmota la primera recomendación sería que busque un link lo suficientemente legal como para verla ya mismo. Antes que llegue mañana, que – ya sabemos- será igual a hoy.

Ya que de repetición tratan estos días recordemos de qué va el Día de la Marmota: el malhumorado hombre del tiempo Phil Connors, un hombre defraudado de sí mismo y de la vida, llega a Punxsutawney, Pennsylvania, a cubrir una de esas comisiones que suelen calificarse de pintorescas para no llamarlas idiotas.

Su tarea es reportar la vieja tradición (real, cada 2 de febrero) de constatar si es que la mascota del pueblo, una marmota, sale de su hibernación augurando el pronto fin del invierno. Hace la nota a regañadientes, constata que su interés romántico- una colega, como no- carece del menor afecto hacia su desagradable persona y se dirige al hotel para dormir y largarse de ese lugar a primera hora del día siguiente. El problema es que no puede irse.

Connors despierta y el día es igual al de ayer. La misma canción en la radio, la misma comisión adefesiera que cumplir. El día de ayer se repite puntualmente ante su desconcierto. Lo grave es que él es el único consciente de la redundancia. Se acuesta esperanzado en que al despertar mañana será mañana. Pero no. Mañana es hoy. Y hoy es siempre el Día de la Marmota.

En ese círculo vicioso el protagonista ensaya ser peor, ser cínico, suicida, benefactor interesado, se vuelve a suicidar, y nada, al día siguiente sigue siendo el Día de la Marmota. Hasta que repara en que lo que le está sucediendo, para lo cual no se plantea ninguna explicación, solo puede ser interpretado como una oportunidad de solo ser, nada mas. Es una comedia de aguas profundas.

La película es de 1993 y es considerada una de las mejores comedias norteamericanas contemporáneas. El personaje principal es interpretado por Bill Murray con tal maestría que parecería que el metereólogo estuviera haciendo de Bill Murray.

La solidez circular del argumento le ha valido elogios varios. El budismo ha señalado su relación con el renacimiento permanente. El sicoanálisis ha celebrado que ambos revisiten el pasado para aprender de el como un presente continuo. E inclusive se ha sostenido que ese pueblo repetitivo en Pennsylvania no es otra cosa que el purgatorio bíblico: el limbo como castigo a la medianía. La marmota, con respeto de los creyentes, sería la alegoría del Cristo que muere y renace entre bostezos para salvar a los pecadores como Phil Connors. Bendita sea la marmota, animal superior con el don de poder siete meses seguidos, como los dioses.

Hace algunos años en el mundo pre Coronavirus se estrenó el Broadway el musical sobre el Día de la Marmota. El día que Billy Murray fue a ver la obra fue un acontecimiento metafísico. Murray derramó lágrimas a la salida. Balbuceó que la idea que hay que intentar de nuevo, intentar de nuevo e intentar de nuevo era poderosamente hermosa.

Lo genial es que al día siguiente Murray volvió a asistir al teatro a ver la función a la misma hora.

Más o menos lo que venimos haciendo cada quién en su casa hace más de veinte días. Intentar de nuevo. //

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¿Cómo se contagia el coronavirus?

La covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

¿Cómo prevenir la propagación del coronavirus?

Para reducir la probabilidad de contagio existen varias maneras. Las principales son:

· Lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos y usar alcohol o gel desinfectante.

· Mantenerse a una distancia mínima de 1 metro de cualquier persona.

· Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, debido a que las manos al palpar muchos objetos y superficies pueden recoger el virus.

· Mantener una buena higiene respiratoria: si tose o estornuda deberá cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel, que deberá desecharse de inmediato.

· Permanecer en casa si no se encuentra bien. En caso tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y siga las instrucciones que le de personal de salud.

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