Hoy mi madre se animó a responder, por Renato Cisneros. ILUSTRACIÓN: Nadia Santos.
Hoy mi madre se animó a responder, por Renato Cisneros. ILUSTRACIÓN: Nadia Santos.
Renato Cisneros

1. ¿Qué es lo que más recuerdas de Etelvina, tu mamá?
Era muy piadosa, creía mucho en Dios. También su orden y disciplina. Era estricta. Nos inculcó todo eso.

2. Mis seis tías están de acuerdo en que de chica eras terrible. ¿Sacaste de quicio alguna vez a mis abuelos?
Una vez mi papá me llamó la atención severamente. Yo era su engreída. Me dolió tanto, que arme mi maletita y fui a sentarme a la puerta de un asilo para que me adoptaran las monjitas. ¡Más dramática!

3. Tu nombre es Vilma, pero antes te gustaba decir que te llamabas Cecilia. ¿Puedes explicar ese capricho?
Mi nombre es Vilma Gladys, pero nunca me gustó Gladys. Además, así se llamaba la ex de mi primer enamorado. Opté por cambiarme a Vilma Cecilia.

4. Te recuerdo siempre en casa, acompañándonos todo el tiempo. ¿Qué cosas dejaste de lado por dedicarte a criarnos?
Nunca sentí que dejara algo de lado. Me gustaba compartir mi tiempo con ustedes y con tu papá. Siempre fueron mi prioridad.

5. ¿Qué ha sido lo más difícil de ser mamá?
Actuar esperando hacer las cosas correctas. Eso y aprender a combinar la felicidad de tenerlos con la angustia de que pudiera ocurrirles algo malo.

6. ¿De qué te sientes realmente orgullosa?
De haber superado el miedo luego de enviudar. También de verlos convertirse en profesionales.

7. Enviudar joven fue un golpe tremendo, pero a la vez siento que hubo algo liberador en esa experiencia. ¿Me equivoco?
La palabra ‘liberador’ no es la adecuada. Simplemente, desperté a una realidad en la que tenía que sacar mucha fuerza y entereza para seguir adelante.

8. Después de que mi papá murió, tuviste no pocos pretendientes. ¿Pensaste casarte con alguno?
Tu padre fue un hombre fuera de serie. Lo quise mucho. Muy difícil volver a enamorarme.

9. ¿Qué crees que he heredado de ti? Física y, no sé, espiritualmente.
Mis ojos pícaros. Mi mirada limpia. Mi alegría. Tu risa es igual de contagiosa que la mía. ¿Espiritualmente? Antes eras muy creyente, pero ahora te haces el loco, no dejas salir tu fe.

10. Eres, en efecto, una mujer muy devota. ¿Cuál es tu santo predilecto? ¿Y por qué?
San Judas Tadeo y San Martín de Porras. ¿Por qué creo en ellos? Por mi fe, pues. La fe no se cuestiona, no se explica ni se discute. Se tiene o no se tiene.

11. Entre tus tres hijos, la verdad, ¿cuál es tu favorito?
¡Tú! Mentira. Una madre no tiene favoritos.

12. Sabía que responderías eso. ¿Cómo definirías a mis hermanos, Vanessa y Luis?
Vane es hermosa, cariñosa, fuerte, luchadora y una madre maravillosa. Y mi Luis es magia, luz, mi gran amigo y compañero.

13. Cuando éramos adolescentes, perdías mucho la paciencia. ¿Cambiaste tú o cambiamos nosotros?
Cambiamos todos. Ustedes se hicieron adultos. Y yo, bueno, con los años me llegó la tolerancia y desapareció la vehemencia.

14. ¿Eras muy mentirosa de chica? A veces pienso que mi vocación literaria te la debo a ti.
No diría que era mentirosa, era soñadora e imaginativa…

15. Mentirosa…
¡No! Te juro que todo lo que me imaginaba pensaba que era cierto.

16. Sabes todo lo que me costó escribir la novela sobre mi padre. ¿Te molestó que lo hiciera?
A ver… no me molestó. Tampoco me gustó. ¡Pero era tu novela! ¡Tu sueño! Y si eso te hacía tan feliz, esa felicidad me alcanzaba.

17. ¿Qué te hace reír, mamá?
Mis nietos, Adriana, Rodrigo y Julieta.

18. ¿Qué te hace llorar?
La ingratitud, los falsos amigos, la miseria… ¡y mi ají con berenjena!

19. ¿Roberto Carlos o Julio Iglesias?
Los dos. A Julio Iglesias lo vi en vivo en La Hacienda Villa y me dedicó una canción. A Roberto Carlos lo vi en Brasil, pero no me dedicó nada.

20. De todos los platos que cocinas, ¿cuál te sale mejor?
Mi lasaña vegetariana y mis ravioles con asado, modestia aparte, no tienen competencia.

21. ¿Qué nota te pondrías como mamá?
La nota la ponen ustedes. Eso sí, menos de 17 no acepto. //

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