¿Por qué una persona con estos antecedentes es (o era) considerada calificada para tener un espacio en la televisión? Eso es algo que le toca responder a los dueños del Grupo Enfoca, los propietarios de Frecuencia Latina.
¿Por qué una persona con estos antecedentes es (o era) considerada calificada para tener un espacio en la televisión? Eso es algo que le toca responder a los dueños del Grupo Enfoca, los propietarios de Frecuencia Latina.
/ MONICA PALOMO
Jaime Bedoya

La fama tiene un efecto embrutecedor sobre la mayoría de la gente. El reconocimiento público deforma la auto estima y trastoca la compostura. Súbitamente, en virtud del deslumbramiento del resto de mortales ante su presencia (el mismo efecto del fluorescente sobre el mosquito), el famoso se convierte en punto inmóvil del sistema solar. Alrededor de él giran ahora los planetas y sus satélites naturales. Ya no hacen colas. No tienen que saludar. Se vuelven inimputables morales en una auto gratificación narcisista que alguna vez tuvo un comienzo, pero rara vez tendrá un final. Deberán alimentar los caprichos de ese personaje público para siempre. A menos hasta que alguna vez pateen el tablero y decidan volver a ser mortales. E intermitentemente felices, como el resto de nosotros los anónimos.

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