La selección peruana, los 11 jugadores antes del duelo contra Francia. (Foto: Reuters)
La selección peruana, los 11 jugadores antes del duelo contra Francia. (Foto: Reuters)

Aunque en las tribunas del Ekaterinburgo Arena se vieron lágrimas, no hay lugar para la tristeza porque la dignidad tiene que ver, más bien, con la gratitud. Y la gratitud se expresa con abrazos y sonrisas que se merecen largamente todos los miembros del seleccionado nacional que nos representaron con inmensa dignidad. Cuando la serenidad ocupe el espacio que en estos días estuvo inundado por la pasión, entenderemos satisfechos que, con lo poco que tenemos, nos presentamos ante el mundo exhibiendo un magnífico equipo con una identidad peruana en su manera de jugar y con el añadido de elementos inéditos como el coraje y la personalidad que hacía muchos años éramos incapaces de mostrar porque desconocíamos esas virtudes.

Lo que el mundo vio es un equipo que juega bien, que entrega todo en la cancha y que se para sin complejos ante rivales duros como o de alto nivel como . También el mundo vio algo que selecciones muy importantes no tienen y sí: un estilo de juego definido y, por si no bastara, un estilo que, además, aporta calidad en el juego. En esta noche alumbrada por el sol, Perú exhibió una faceta que durante años de años jamás tuvimos: disciplina táctica, concentración, recuperación de pelota y capacidad de marca a jugadores que son estrellas de primer nivel como los franceses. Una cifra del balance final del encuentro lo remarca: Perú tuvo el 56% de posesión de pelota y el 44% esto significa que, en la mayor parte, el seleccionado blanquirrojo tuvo el control del partido.

¿Con quienes logramos esta actuación? Con muchachos que hace apenas dos años nadie imaginaba verlos en un . Reparemos en este detalle. Francia alineó a jugadores que se desempeñan en estos clubes: Tottenham (Lloris) Real Madrid (Varane), Barcelona (Umtiti) Manchester United (Pogba) Atlético Madrid (Griezman), Chelsea (Giroud), París Saint German (MBappe), Juventus (Kante). Los nuestros juegan en el Veracruz, en el Lobos Buap, en el Orlando City. Esos muchachos modestos en el gran escenario del fútbol, tuvieron una actuación espléndida. Nos derrotaron sí. Por un error. El de perdiendo un balón en salida. Francia aprovechó la ocasión. No tuvo más que esa oportunidad. En un torneo de élite como un Mundial los partidos se suelen definir a consecuencia de un error pero lo que queda más allá del resultado final es que y su comando técnico refundaron el fútbol peruano y, con nuestra modestia de recursos, nos llevaron al Mundial y nos permitieron presentarnos al mundo entero con un equipo digno, valiente, luchador que, además, juega bien al fútbol.

Entonces, cómo vamos a darle espacio a la tristeza. Debemos tener orgullo. Volvimos tras casi cuatro décadas de ausencia para dar presentaciones con brillo. Tenemos carencias que no nos permitieron avanzar más. No tenemos gol repiten todos y tienen razón. No nos alcanzó con nuestros dos veteranos delanteros Guerrero y . Es lo que tenemos. Pero hay algo mucho más valioso que nos pertenece: el futuro. Ya estamos en el planeta fútbol, ya no somos los marginales y estas dos derrotas en son parte del primer paso hacia ese futuro. Son lecciones para ir aprendiendo. No cabe la desazón porque mientras Francia reemplaza a MBappe con Dembelé nosotros no tenemos a quien poner en reemplazo de Cueva, un muchacho al que el torneo mundial le quedó muy grande. Pero, a la vez, tenemos el recambio generacional que nos permitirá otros torneos con alegrías.

Solo cabe la gratitud porque nuestros seleccionado nos regaló meses maravillosos desde el año pasado. Nos hizo redescubrir el amor a nuestro país. Hizo que experimentáramos el orgullo de ponernos una camiseta nacional. Que flameáramos nuestra bandera. Que el escudo se exhiba en los polos. Que los niños y los adolescentes descubran el sentimiento de ser peruanos. Que los adultos se reconcilien con un sentido de país. Y, por encima de todo, nuestro seleccionado nos permitió entender que somos capaces de generar éxito, que si nos unimos somos capaces de muchos logros. Dos resultados futbolísticos adversos son una anécdota al lado de todo lo que hemos vivido, sentido y descubierto. Dos adversidades deportivas no derrotan a esas decenas de miles de peruanos que, en dos estadios mundialistas, pusieron la voz y el corazón con un fervor conmovedor, con una entrega maravillosa, con un corazón a prueba de todo sacrificio, esos miles de peruanos que se adueñaron de dos estadios mundialistas para convertirlos en estadios protagonizados por el nombre de Perú.

No hay lugar para lágrimas y mucho menos para reproches. Para ningún reproche. Solo lugar para la gratitud, para el orgullo, para el abrazo. Para decir gracias a Ricardo Gareca, gracias por haber construido estos meses maravillosos, gracias a su comando técnico (Bonillo, Santin, Solano, Alves, Vaccarini, Marquez, Argento, Honores) por habernos enseñado que la dedicación plena al trabajo siempre rinde frutos; gracias a Juan Carlos Oblitas por haber elegido a Gareca y haber sostenido su trabajo. Y gracias a los 23 jugadores que nos representaron con grandeza. Ahora existimos después de décadas de silencio. Ahora somos parte del evento más importante que existe en el planeta. Ahora nos miran con interés, nos elogian, nos respetan. Y ahora sabemos que somos peruanos capaces de brillar internacionalmente. Ahora nos queda una tarea fundamental: conquistar nuestro futuro.

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