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Rolling
Pedro Suárez Vértiz

The Verve fue una banda británica formada en 1989. Fue muy popular hasta su desintegración, en 1999. En 1997, su líder y vocalista, Richard Ashcroft, compuso Bittersweet Symphony, considerada una de las mejores canciones de los últimos tiempos. Este tema habla sobre la vida desde un punto de vista agridulce. Una de las líneas más famosas dice: “Eres un esclavo del dinero para luego morir”. Está basada en la prematura pérdida paternal que Ashcroft sufrió a los 11 años. Él cuenta que veía a su padre trabajar todos los días en una oficina sin ninguna satisfacción. De un momento a otro, murió debido a una hemorragia cerebral. “Me di cuenta inmediatamente de que esa no era la vida para mí”, concluyó.

Pero lo más resaltante melódicamente de la canción es, sin duda, el arreglo sinfónico de la introducción que se repite y repite como un mantra. Este arpegio en cuerdas le dio mucha elegancia y alejó a la canción de ser un simple hit radial. Ese loop sinfónico no nació de Ashcroft. The Verve utilizó un sample –muestra grabada– del intro de la versión sinfónica de The Last Time, de 1966, de los Rolling Stones. El cantante escribió una melodía y una letra completamente nuevas encima. El famoso loop de chelos y violines es un “arreglo” de la versión sinfónica de la canción de los Stones. Ni siquiera es parte de la composición. The Verve igual pidió permiso a la disquera, pero olvidaron pedirlo a la editorial.

Aquí empieza el drama: los Rolling Stones firmaron alguna vez con el abusivo empresario neoyorquino Allen Klein, pero tuvieron que darle todos los derechos editoriales hasta 1969, para zafarse de él. The Verve descubrió entonces que debía pagarle a ABKO, la compañía de Klein, solo el 15% por los derechos. Pero cuando Klein se dio cuenta del éxito del tema –que utilizaba solo cuatro segundos de una obra ‘relativamente’ suya sin permiso–, los castigó con el 100%. Klein ganó millones con la canción.

The Verve estaba en contra de usar sus canciones en comerciales, pero Allen Klein no, y aceptó un trato con Nike. La campaña publicitaria ayudó a que Bittersweet Symphony penetre en el mercado estadounidense, donde rápidamente ascendió en los charts.

Los Rolling Stones recibieron una gran remuneración que luego destinaron a donaciones. Ashcroft siempre se mantuvo firme en su postura de que el dinero no te da la felicidad. Así se defendía del bullying de la prensa que lo criticaba por no haberse asesorado lo suficiente. Ashcroft, molesto por haber perdido las regalías, y que ello detonara la disolución de The Verve, dijo que Bittersweet Symphony era “la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en 20 años”.

Pasaron los años y el 100% de las regalías de la canción iban para Allen Klein y no para The Verve. Durante este tiempo se creyó que los responsables de este abuso fueron los Stones, ya que en la nueva autoría de la canción figuraban Mick Jagger, Keith Richards y Richard Ashcroft.

La verdad es que Klein atarantó a los chiquillos de The Verve y terminó robándose los derechos de Bittersweet Symphony, pero, ya retirado, falleció en el 2009 debido al alzhéimer que sufría.

Para concluir la polémica sobre su supuesto abuso sobre The Verve, el 23 de mayo del presente año los Rolling Stones devolvieron los derechos totales de Bittersweet Symphony a Richard Ashcroft luego de 22 años, con todo el dinero que esto implica. Espero que retroactivamente también. Lo que sí es un hecho para mí, es que con Klein vivo esto no habría ocurrido.

El líder de The Verve publicó en Twitter: “Me da mucho gusto anunciar que a partir del mes pasado Mick Jagger y Keith Richards acordaron darme su parte de la canción Bittersweet Symphony. Esto es un gran gesto por parte de ellos, quienes también dijeron que están felices por excluir sus nombres como autores y de entregar sus regalías”. //

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