Jaime Bedoya

Mentiras amarillas:

1. Higiene electoral: De tanto verlos cotidianamente en un electrodoméstico uno empieza a creer que conoce de toda la vida a los personajes de la televisión. Sucede con Rulito Pinasco, casi un tío para varias generaciones. O con la incombustible Yola Polastri, el único ser humano que podrá hacer guardia ante el ataúd del mexicano Chabelo.

Curiosamente este efecto de proximidad afectiva no se aplica al caso del señor Mario Bryce. Alguna vez locutor de noticias, es hoy candidato del partido que nos legó la maldición urbana de Luis Castañeda Lossio. Nada es casualidad. Ni siquiera el amarillo.

El rostro del señor Bryce, de sospechosa sonrisa permanente, no remite a nada. Salvo a la suma cero. En todo caso convoca un vago recuerdo de una severa impericia sicomotora sobre una moto, suceso debidamente documentado para la posteridad como lo más imperecedero de su trabajo periodístico.

El mencionado señor Bryce, haciendo honor a esa trinchera de ultra conservadurismo de baja expectativa en que se ha convertido Solidaridad Nacional, acaba de exteriorizar de infeliz manera que clase de argamasa cohesiona a los candidatos amarillos.

Queriendo hacer un chiste de soterrado trasfondo racial, creyó estar haciendo una genialidad durante un debate cuando le regaló un jabón a su adversario el señor Julio Arbizu.

Tuve el dudoso privilegio de estar a pocos metros de esta mísera anti historia de la política peruana contemporánea. Oh, ventajas del periodismo: Puedo atestiguar que el jabón era Neko. Puedo confirmar que el susodicho tuvo la añadida chusquedad de entregarle una barra de jabón Bolívar a la moderadora, la periodista Ariana Lira. Ella piadosamente le dedicó una breve y digna mirada de lástima mientras pedía disculpas a la audiencia, antes de decirle – con otras palabras, las educadas - que era un imbécil. El gesto pasó inédito para los modales pre sapiens del señor Bryce.

Y puedo dar fe que cuando el señor Bryce se retiraba con su entourage (dos puntas), uno de ellos le decía a su líder una mentira tan inmensa como patética:

- ¡Lo has asesinado en público¡

Falso. El único asesinato que sucedió esa tarde fue la del señor Bryce acabando con la vida política del señor Bryce. Un suicidio sin luto, sin pena y sin llanto.

2. Sexo y tuercas: Si la candidata Rosa Bartra habla constantemente insensateces no es por que la señora tenga limitaciones intelectuales. Lo hace a propósito. Así logra que la opinión pública pierda el tiempo hablando de ella. Eso en el Perú califica como campaña política o plan de gobierno.

Solo aclaremos que hay un atisbo de verdad involuntaria en otra de sus mentiras respecto a cualquier interpretación sana y sin traumas de la sexualidad.

La masturbación con tornillos referido por ella es un tema aún pendiente de confirmación. Pero la masturbación con tuerca si existe. Al menos existió en una oportunidad en la localidad de Iquique, Chile. Un ciudadano chileno cuyo nombre humanitariamente no fue revelado tuvo la insondable idea de auto complacerse con la ayuda de una tuerca de una pulgada de diámetro, confesando de paso su modestia anatómica.

Para liberarlo del adminículo metálico los bomberos recurrieron a un esmeril angular que llevó a cabo la tarea sin afectar el colgajo viril del imprudente. Esta escena que usted está imaginando en estos momentos debe tenerse mentalmente en cuenta el día de las elecciones.

Votar por el partido equivocado – un partido amarillista que miente, falsea y vive del miedo – puede resultar tan doloroso e imprudente como enamorarse de una tuerca.

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