¿Hay algo más desmotivador que las propuestas de los candidatos? Sí, sus comerciales. Aquí una colección de los más polémicos, risibles y ridículos de esta elección en la columna de Renato Cisneros: "No votes por mí".
¿Hay algo más desmotivador que las propuestas de los candidatos? Sí, sus comerciales. Aquí una colección de los más polémicos, risibles y ridículos de esta elección en la columna de Renato Cisneros: "No votes por mí".
Renato Cisneros

Más endebles que las convicciones democráticas del Frente Amplio. Más falsas que la cura para la disfunción eréctil propuesta por el pastor Santana. Más insípidas que las invocaciones a la ira de Dios hechas por el general Donayre. Más misteriosas incluso que la sexualidad de los títeres de Plaza Sésamo. Pero también más involuntariamente humorísticas que las intervenciones de Rosa Bartra en el Congreso. Así podrían definirse ciertas ‘estrategias’ publicitarias presentadas en esta muy penosa campaña electoral.
Primero fue el alado postulante a la alcaldía de Huaraz, Ángel Durán, quien apareció en un afiche enfundado en una licra púrpura de superhéroe, batiendo unas alas inmensas delante del Huascarán. El Jurado Electoral Especial de Huaraz, sin embargo, lo dejó fuera de competencia. No por su mal gusto, sino porque el angelito omitió en su hoja de vida cinco sentencias por delitos dolosos.

Parecida fue la propuesta temático-gráfica de Fredy Aliaga, candidato a la alcaldía de El Tampo, en Junín. Los paneles lo mostraban disfrazado de Ironman sobre un fondo de paisaje huancaíno, lanzando un rayo de luz con la mano. El público no tardó en bautizarlo ‘Iron Fredy’.

Lejos de la épica marveliana, el empresario Pedro Angulo Acevedo ofrece sus servicios como posible alcalde de San Juan de Lurigancho con un apodo que es una declaración de principios y métodos: ‘El Padrino’. El seudónimo no solo alude al personaje de Brando, sino también al emporio comercial del que Angulo es propietario, en Jicamarca, punto de recreo de algunos de los sicarios y cogoteros más populares de Lima Este.

En el caso de Luis Jiménez, carta acciopopulista para guiar los destinos de Chorrillos, lo que se detecta en su publicidad no es desfachatez, sino candor. Jiménez apostó por lucirse en un cartel flanqueado por los personajes de la serie La Casa de Papel (‘La Casa de Acción Popular’), que, como todo desvelado suscriptor de Netflix sabe, son una manga de delincuentes. Nunca la histórica lampa belaundista se pareció tanto a una vulgar pata de cabra.

Mención aparte merecen los spots de Yon Cruzado, candidato a la alcaldía de La Esperanza, en Trujillo; y Frankin Sotomayor, aspirante a alcalde de Cusco. Ambos de Somos Perú. El primero es un video casero, grabado quizá con celular, que ostenta el que debe ser el peor guion en la historia comercial de las campañas políticas. El segundo, por oposición, muestra uno de los guiones más convincentes, nada más que, pequeño detalle, no es propio: es un plagio descarado de un spot del argentino Florencio Randazzo, candidato a diputado del Partido Justicialista. 

Tan abusiva escasez de ingenio ha llevado en los últimos días a algunos nostálgicos electores a viralizar por redes sociales un (in)olvidable video de las elecciones municipales del 2014: el del ‘Auto Fantástico de Paracas’, donde se ve al entonces candidato a la alcaldía de ese distrito (actual alcalde) Miguel Castillo Oliden, el ‘David Hasselhoff de la bahía’, recorrer las avenidas principales de Paracas tras el timón de un Ford Fusion que hace las veces de un Kitt mudo y venido a menos.

En materia de eslóganes o taglines tampoco hemos encontrado un ápice, ya no digamos de creatividad, sino de mínimo esfuerzo por comunicar algo coherente o legible, a no ser que alguien se haya sentido verdaderamente persuadido por frases tan huecas como ‘Ponja sabe’, del karateca naranja Diethell Columbus; ‘Ponte Colorao’, del miraflorino Jorge Muñoz Wells; ‘No roba ni deja robar’, del ya tachado aprista Gustavo Villarruel; o la sentimental (acaso biográfica) ‘Yo no te fallaré. Yo no soy tu ex’, del candidato a Chilca Juan Landeo.
No podría decirse que las candidatas mujeres lo han hecho mejor, pero al menos han sido más osadas. Ahí está la huancaína Yésica Procil, candidata a la alcaldía de Chilca, quien frente a un altar presidido por un botellón de tres litros de Inca Kola no dudó en contraer nupcias con la ‘Honestidad’, personificada por un estoico varón ataviado con máscara y túnica blancas. 

Ahí está Silvia Velásquez, candidata del PPC a Comas, a quien no le ha importado perpetrar una versión gravosa del ‘Thalía Challenge’ para –serpentinas en mano, en coreografía dispar– reclamar la confianza del vecindario y sazonar sus propuestas con los insufribles ‘tiki, tiki, tiki’.
Y ahí está finalmente la incombustible Monique Pardo, protagonista absoluta de la más reciente publicidad de Perú Nación, donde coqueta, lasciva, sin soltar su chupetín, juega con las iniciales del movimiento y calienta al público diciendo ‘marca el pene, marca el pene’. Si yo fuera Luis Ocrospoma, que ni roza el 1% en las encuestas para Lima, hace rato le habría cedido la candidatura. //

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