Un estudiante recibe un poco de gel antibacterial de su profesora en el primer día de retorno a clases presenciales en Sao Paulo, Brasil. Esto ocurrió el 8 de febrero, luego que el gobierno de ese estado permitiese el regreso del 35% del alumnado por colegio. (Foto: AP)
Un estudiante recibe un poco de gel antibacterial de su profesora en el primer día de retorno a clases presenciales en Sao Paulo, Brasil. Esto ocurrió el 8 de febrero, luego que el gobierno de ese estado permitiese el regreso del 35% del alumnado por colegio. (Foto: AP)
/ Andre Penner

Marzo está por llegar nuevamente y todo se pensó hace un año, cuando empezó la pandemia, menos que los niñas, niños y adolescentes peruanos iban a estar tanto tiempo sin regresar a sus colegios. Útiles recién comprados, mochilas empacadas: todo en stand by hasta el sol de hoy. Una situación similar se ha vivido en toda América Latina, con excepción de Uruguay. Sin embargo, noticias recientes reportan que Chile y Argentina ya se encuentran vacunando a sus maestros para que las escuelas abran sí o sí en las próximas semanas. Muchos expertos señalan que el daño ocasionado en los menores al dejar de asistir a clases presenciales es peor que los que se puedan derivar de la misma COVID-19. Este es un pensamiento que comparten países del primer mundo como Estados Unidos y muchos de Europa, de ahí que en varios de estos sitios las lecciones ‘en vivo’, y no por streaming, se hayan restablecido hace meses. Teniendo en cuenta que las realidades allí son diametralmente opuestas a las del Perú, conversamos con padres de familia radicados fuera para que nos compartan sus experiencias, el día a día de cómo es llevar todos los días a los chicos en medio de la peor emergencia de salud que el mundo haya sufrido en la época contemporánea.

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