(Foto: Difusión)
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Giovanni Bisso

Es una elaborada con rectitud de espíritu pero su sabor va mucho más allá. Si la saboreas bien, reconocerás un ingrediente esencial asociado de forma inseparable a la vida de los monjes: el silencio.

El nombre de La Trappe procede de la abadía francesa de Notre-Dame de la Grande Trappe, en la localidad normanda de Soligny-la-Trappe, también conocida como La Trappe.  A finales del siglo XIX, un pequeño grupo de monjes trapenses huyó de Francia a Berkel-Enschot. Allí, en el corazón de Brabante (países bajos), adoptaron esta antigua residencia de campo del rey Willem II, el Koningshoeven, como su nuevo hogar y decidieron elaborar su cerveza.

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La cerveza trapense se elabora aquí desde 1884. Son popularmente llamados “trapenses”, por el origen de su orden: los franceses Soligny-La-Trappe. Este orden se caracteriza por la austeridad, el silencio y el deber de la caridad. Desde 1884, han elaborado sus cervezas dentro de las paredes de la abadía y lo siguen haciendo bajo la supervisión de los monjes que llenan sus días con trabajo y oración. En paz y en silencio y con mucha dedicación. Esto garantiza la autenticidad y la alta calidad de sus cervezas. Los monjes son los dueños de la receta y la marca La Trappe.

La Trappe produce la cerveza basándose en la convicción interna de “hacer el bien” por lo que parte de los ingresos que obtienen de la venta de las cervezas van a organizaciones benéficas para generar un impacto positivo en la sociedad y generar así un mundo sostenible. Sin embargo, además de preocuparse por la sociedad también hacen todo lo posible por conservar el medio ambiente, obteniendo agua de su propia fuente y devolviéndola a la naturaleza tanto como sea posible con su tratamiento biológico del agua. Las materias primas se compran a los agricultores locales y evitan el desperdicio, por lo que no generan productos residuales ya que todo lo restante queda a disposición para la producción de alimentos para animales.

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Todo esto hace de La Trappe Trappist una cerveza pura y honesta, que deriva de la convicción interna de los monjes de tener cuidado con lo que Dios nos ha dado. El sello de “Authentic Trappist Product” corrobora la autenticidad y calidad de la cerveza. La Trappe tiene 137 años elaborando cerveza de la más alta calidad, además ha podido ser pionera en crear el estilo Quadrupel que es reconocido a nivel mundial por su alto nivel de alcohol y su complejidad en sabor, aroma y color.

La Trappe Quadrupel, tiene un 10% de alcohol, al principio sólo se producía en invierno, pero debido al enorme éxito, muy pronto se empezó a producir durante todo el año. Es ideal tomarla a 10 grados y cuenta con 22 grados EBU (Unidad Europea de Amargor).

Vista: Color que recuerda la malta o la miel de chancaca, es decir bastante oscuro y enigmático.

Olfato: Toques dulces como caramelo, frutos secos deshidratados, algunos dejos de clavo de olor, canela, vainilla y pasas rubias.

Gusto: Es una ale belga, oscura, fuerte, sabrosa, intensa y muy elegante.

Maridaje: Ideal para acompañar maki furay, guisos, cerdo al horno con duraznos y puré de papas, buffalo wings.

EL DATO

LA TRAPPE QUADRUPEL

PAIS: Países Bajos

REGION: Koningshoeven, Berkel-Enschot

MATERIA PRIMA: Agua, malta de cebada (Múnich, pálida, caramelo, tostada) y levadura

PRECIO: 16.90 S/.  soles c/u 330 ml.

CONTACTO:

*Giovanni Bisso, sommelier, catador de pisco y destilados. Pueden seguirlo en Instagram: 

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